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Foto: Marta Grande |
Ese ha sido, en líneas generales, el comportamiento del Celta en las tres primeras jornadas del campeonato. En todos comenzó dominando en el marcador, además de protagonizar momentos de gran fútbol.
El elevado nivel de intensidad con que presiona al rival el equipo celeste le ha pasado factura al superarse la hora de juego. Los cambios no han dado la respuesta adecuada. El sábado, Arrasate le ganó la partida a Berizzo, que no encontró los recambios idóneos para refrescar un equipo que dio síntomas de agotamiento cuando la Real apretó para recortar distancias. El trabajo en la presión pasaba factura.
El Celta necesita dosificar el esfuerzo. Es uno de los retos que tiene planteados Berizzo. "La idea es presionar. A mejor equipo, inclusive debemos ajustarla y presionar mejor, evitando que juegue. Sostener la presión en el tiempo es nuestro principal desafío. Pero la idea original es que el equipo rival no juegue; y si es muy bueno, que juegue menos", apuntaba el viernes el técnico argentino, que también pronosticó que la Real pondría en serias dificultades a su equipo, que había comenzado la Liga ante rivales que también buscan, como él, la permanencia como objetivo principal.
Sin embargo, contra el Getafe y el Córdoba, el Celta tuvo un comportamiento parecido: comenzó dominando y pasó apuros para no salir derrotado.El resultado final ante los getafenses fue claro (3-1), pero estuvo a punto de complicarse después de que Orellana marcase el segundo gol, en el minuto 55. Superada la hora de juego y con movimientos en el banquillo, el Getafe redujo diferencias con el tanto de Sammir (minuto 62). En los cinco minutos siguientes pudo llegar el empate, pero en una contra Larrivey dejó sin opciones al rival, que bajó los brazos y dejó que Balaídos celebrase la victoria con muchos minutos de antelación.
En la visita a Córdoba, el Celta realizó una gran primera mitad. Le faltó acierto en el remate para liquidar el compromiso, que se le puso de cara tras el descanso con el gol de Orellana (minuto 52). Entonces surgió Fede Cartabia para destrozar el sistema defensivo celeste. Cuando se cumplía la hora de juego, el jugador cedido por el Valencia anotaba el tanto del empate y dejaba al Celta sin apenas fuerzas de reacción. No las encontró el conjunto celeste en los cambios que realizó Eduardo Berizzo tras el gol de los locales.
En la recta final de ese encuentro en Córdoba y en el del sábado ante la Real Sociedad, el Celta se quedó sin energías para defender su ventaja en el marcador. En los postres, los de Berizzo acabaron cediendo sendos empates. Así, repiten el mismo comienzo que el curso pasado con Luis Enrique.
Jaime Conde / Faro de Vigo
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