Un ataque que enamora


Foto: Lalo R. Villar
El Celta afrontaba este verano la dura papeleta de recomponer su estilo tras la marcha de Luis Enrique. El técnico asturiano, después de muchas dificultades en el arranque, logró dotar al equipo de un potencial ofensivo envidiable en la recta final del pasado campeonato, fundamentado en las figuras de Orellana y Nolito, sobresalientes en el último tramo liguero, y sustentado en un estilo de juego atractivo para el espectador, a la par que efectivo. 

La decisión que tomó el Celta fue la de dar el banquillo a Eduardo Berizzo, una leyenda céltica sin experencia en Europa, pero con demostrada relevancia en la liga chilena, donde hizo campeón a O'Higgins. La idea de la directiva céltica era la de mantener el estilo de fútbol ofensivo y apuesta por la cantera que han caracterizado al equipo en los últimos años. Para complementar la llegada del técnico argentino llegaron a Vigo Joaquín Larrivey y Pablo Hernández, compatriotas del nuevo entrenador. 

Berizzo no solo ha mantenido su estilo, sino que lo ha dotdo de mayor intensidad y brega, sin renunciar lo más mínimno a la calidad de sus jugadores. El estilo "bielsista" de Berizzo, es un matiz importante al estilo "Barça" implantado por Luis Enrique en el Celta. El Celta adelanta la presión diez metros y dobla la intensidad de la misma, asfixiando a los rivales. Los futbolistas celestes no descansan hasta recuperar el balón, y una vez en su poder hacen disfrutar a la grada con su fútbol de fantasía. 

No es para menos viendo la alineación que ayer sacaba Berizzo de inicio. Krohn-Dehli, Álex López, Nolito, Orellana y Larrivey, son argumentos ofensivos inapelables. Cinco futbolistas con la portería contraria entre ceja y ceja y una alta capacidad creativa, que logran desarrollar un fútbol muy bello, atractivo para el espectador, y que aúna eficacia y espectacularidad. Lo demostraron desde los primeros compases del partido con el disparo de Álex López a la cruceta, el posterior rechace de Larrivey y el último intento de Orellana. Todo ello en la misma acción tras un excelente control de Nolito. 

Los cinco jugadores participaron en la mayoría de las ocasiones generadas por el Celta, que había dejado a Borja Fernández para cubrir las espaldas de los jugones. El ataque céltico, que ya dio muestras durante la pretemporada de su capacidad de seducción, volvió a enamorar al celtismo, que pudo disfrutar después de mucho tiempo en el que el sufrimiento siempre se imponía al aspecto lúdico del deporte, aquel que nos engancha al fútbol cuando somos pequeños y nos hace amar este deporte. El estilo no se negocia, y Berizzo morirá con una idea, la de divertir y sumar puntos, y el domingo logro conjugar ambos aspectos. 

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