Las siete vidas del capitán


Foto: Jorge Landín 
Borja Oubiña está acostumbrado al dolor desde el principio de su carrera. Desde joven, el capitán céltico ha tenido que convivir con problemas en sus rodillas que, ahora a sus 32 años, amenazan con nublar también la recta final de su carrera. El Celta anunciaba el pasado sábado que el centrocampista se someterá mañana a una "limpieza articular" en su rodilla izquierda, la que más problemas le ha dado y la que ya estuvo a punto de acabar con su carrera hace más de un lustro.

Porque Oubiña afrontará mañana la séptima intervención en una de sus rodillas y, de todas las anteriores, logró salir airoso para ser clave en el último ascenso del equipo y en su permanencia en Primera las dos últimas campañas. Ahora, toca repetir. En el año 1998, con apenas 16 años, el capitán visitó por primera vez un quirófano tras haberse roto los ligamentos cruzados de su rodilla derecha. Fue operado en Vigo por el doctor Mario Galán y, durante su convalecencia, el club aprovechó para renovar el contrato de una enorme promesa que ya había estado en la órbita de las selecciones españolas de categorías inferiores.

De aquella experiencia salió Oubiña sin problema alguno para proseguir con su carrera en el filial y, posteriormente, llegar al primer equipo en la temporada 2003/2004. En las siguientes tres campañas creció hasta convertirse en internacional absoluto y el descenso en el verano de 2007 lo puso en el mercado, para acabar saliendo cedido al Birmingham. Y en el primer encuentro como titular con el equipo inglés, un 22 de septiembre ante el Liverpool, una entrada de Dirk Kuyt le ocasionó la rotura del ligamento cruzado anterior, del lateral interno y de los dos cuernos posteriores del menisco de, esta vez, su rodilla izquierda.

El 25 de septiembre de 2007, de nuevo Galán y Genaro Borrás operaron la articulación del jugador. Fue su segunda intervención y dos meses después, en noviembre de 2007, tuvo que someterse a otra –que no fue definida en su día como operación sino, como la de mañana, una limpieza– por culpa de una infección.

Como la rodilla no respondía, en el mes de mayo de 2008, el capitán se sometió a una artroscopia ya a cargo del doctor Ramón Cugat en Barcelona, en la que se le reparó un leve problema en el menisco. El cuarto paso por quirófano en su vida. Por desgracia, no fue el último porque la rodilla siguió sin mejorar, a pesar de que el 6 de diciembre de 2008, Oubiña reapareció en partido de Liga ante el Las Palmas y esa campaña acabó por jugar 15 partidos. Pero el canterano notaba mal la articulación y, como el tratamiento conservador no funcionaba, el quirófano apareció por quinta vez en lontananza. El 5 de octubre de 2009, de nuevo el doctor Cugat intervino para descubrir que el ligamento cruzado estaba destrozado.

Al dar este paso, Juan José García Cota, ya por entonces jefe de los servicios médicos del club, ya había anunciado que se requeriría una nueva intervención, que tuvo lugar el 16 de marzo de 2010 de nuevo en Barcelona. En ella, se reconstruyó el ligamento a partir del tendón rotuliano. Tras el sexto paso por quirófano de su vida por causa de sus rodillas, el capitán se recuperó y el 12 de marzo de 2011 reapareció en partido oficial ante el Villarreal. De entonces a hoy, su rodilla izquierda ha respondido bien, aunque con necesarios descansos periódicos y tratamientos específicos que no le impidieron ser clave para el equipo. Este verano, ese descanso pautado no ha acabado con las molestias. De ahí que mañana el capitán afronte su séptimo paso por quirófano. Le queda, como poco, una séptima vida. Y la apurará.

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