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| Foto: Óscar Vázquez |
Eduardo Berizzo confeccionó ayer su primer once para el Celta en partido oficial, y en esa primera alineación del curso se encontraban cuatro debutantes: el canterano Borja Fernández, el catalán Carles Planas, el argentino Joaquín Larrivey, y el mediocentro serbio Radoja, que entró en los últimos minutos, y cuya participación con el equipo fue testimonial.
El canterano: Borja en el pivote
Borja Fernández disfrutó ayer de sus primeros minutos en la élite. La falta de mediocentros hizo que Berizzo le reclamase en la pretemporada, y desde entonces su vida ha dado un giro. Ayer disfrutó de casi 90 minutos en los que intentó no complicarse la vida y en los que contó con el respaldo de un Krohn-Dehli ubicuo. Berizzo, en sala de prensa, festejó su debut. «Asimiló muy bien jugar un partido difícil, se enfrentó a un volante defensivo de mucha experiencia que nos lastimó en el primer tiempo y corrigió su actuación en la segunda interpretado rápidamente que está en Primera División. Es un joven en el que creemos. Jugó un partido serio y nos ayudó a ganar».
El lateral: Planas en clave celeste
Planas ya sabe lo que es defencer la celeste en Balaídos. Debutó en un partido en el que no sufrió excesivos problemas, más allá de algún intento de contra del Getafe. Sacó de nuevo a relucir el carácter ofensivo que le gusta a su entrenador.
El ariete: Larrivey, ovacionado
Larrivey se ganó la primera ovación del celtismo gracias a un debut en el que exhibió sus dotes para el juego aéreo, su inteligencia a la hora de hacerse con la defensa rival, y su capacidad para marcar. Festejó su primer gol en la Liga y demostró pleno entendimiento con sus compañeros.
La Voz de Galicia
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