El Celta quiere ampliar sus instalaciones en A Madroa, pero Caballero lo bloquea


Foto: Jesús de Arcos
Al Celta se le quedan pequeños los campos de A Madroa, su lugar habitual de entrenamiento. El club precisa más espacio y no está dispuesto a esperar años, muchos sin duda en el mejor de los casos, para que la Ciudad del Deporte de Valladares sea una realidad.

Por este motivo, su gerente ha mantenido contactos en los últimos meses con la Comunidad de Montes de Teis, titular de numerosas parcelas en A Madroa, entre ellas la que ocupa el campo del Candeán (situado justo enfrente de los del Celta) y de una parcela de 4.000 metros cuadrados en el interior del recinto que ocupa el propio club celtista. De estas negociaciones dio cuenta el presidente de los comuneros, Eduardo García, en una reciente asamblea de la comunidad.

La propuesta que trasladó la entidad deportiva era la de conseguir la titularidad de esos 4.000 metros y también los casi 20.000 de que dispone el club de fútbol Candeán al otro lado de la calle. De esta forma dispondría de espacio suficiente para ampliar sus instalaciones y dar cabida a las distintas secciones del Celta.

Obviamente, en estos contactos siempre quedó claro que sería preciso buscar un lugar donde instalar al Candeán, una labor en la que tendría que intervenir el propio Concello de Vigo.

Por parte de la Comunidad de Montes de Teis se aceptó entablar contactos, partiendo siempre de que ellos no querrían dinero por estos terrenos sino parcelas de monte en A Madroa. De entrada, plantearon como contrapartida que el Celta les entregara tres metros cuadrados de monte por cada metro que le solicita el club. El motivo de pedir más terreno es que entregaban zona ya urbanizada a cambio de monte, lo que abarataría su reforma.

Hasta aquí los contactos avanzaron sin problemas, pero estos surgirían poco después. Desde la comunidad de montes se pidió club que en las negociaciones interviniera también el gobierno municipal con la finalidad de dar una solución al contencioso del zoo de A Madroa, que los enfrenta desde hace años. Los comuneros querían aprovechar el interés del Celta por ambas parcelas para zanjar la situación.

Este requisito dio al traste con la operación, ya que el alcalde se negó a debatir una solución para el zoológico. Esta instalación es propiedad de los comuneros desde hace cinco años, pero Caballero se ha negado a negociar una salida. Así, el cambio de propiedad no ha modificado las cosas y el Concello sigue utilizándolo como si fuera suyo: no lo expropia para no pagar y los comuneros tampoco pueden comprar las instalaciones allí existentes, un status quo beneficioso para el Concello.

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