La última noche en El Madrigal


Foto: Domenech Castelló
No corrían buenos tiempos en Balaídos. El tan cantado "fútbol de salón" se vislumbraba, estaba todavía en período de cocción. Quizás aquella noche en la localidad de Vila-Real se pudieron ver los primeros atisbos de lo que el futuro le depararía al Celta. El conjunto vigués llegaba a El Madrigal con la eliminatoria de octavos igualada a un tanto. En Balaídos, un cabezazo de Arthuro –que se iba en el mercado de invierno- alimentaba la hazaña del joven proyecto que lideraba Eusebio.

Pocos creían en la hazaña viguesa. Enfrente estaba una de las potencias del fútbol nacional. Ernesto Valverde, reciente rival en Liga, no acababa de imponer su método. En sus filas tenía a importantes nombres, jugadores que salieron de partida aquella noche del 12 de enero. Diego López o los internacionales Marcos Senna, Santi Cazorla y Capdevila estuvieron sobre el tapete de El Madrigal para dar la estocada definitiva al Celta. Sin embargo, los vigueses se mostraron descarados. No había la presión que se notaba en la Liga. Sin la rutina del día a día, los hombres de Eusebio Sacristán mostraron su gusto por el fútbol, por la posesión, por el "fútbol de salón", y cuajaron un encuentro en el que merecieron el pase a la siguiente ronda de la Copa del Rey.

En esta ocasión el balón no fue esquivo a los intereses vigueses. Iago Aspas desperdiciaba un mano a mano con Diego López. El empate a cero no le servía al Celta, que encontró su recompensa sobre la bocina. Fernández Borbalán (también el colegiado del próximo sábado) señaló penalti del excéltico Ángel López sobre Botelho. Roberto Trashorras, no perdonó desde los once metros. La hazaña se había consumado. El equipo que dirigía Eusebio Sacristán se mediría en cuartos de final de la competición del KO a un Atlético de Madrid al que también puso contra las cuerdas.

El Celta se propone ahora repetir la proeza de aquella noche del 12 de enero. De aquel día siguen en el equipo Yoel, Hugo Mallo, Toni y Álex López, aunque el ferrolano no disputaron ningún minuto. El Madrigal no era un estadio propicio. Exceptuando ese triunfo copero, el conjunto vigués sólo logró una victoria en Liga. Fue en la época de Fernando Vázquez. Una victoria por la mínima (1-2) en el tramo inicial del curso 2005/06 que permitió a los vigueses situarse como líderes de la clasificación.


Carlos I. Castrillón / Faro de Vigo

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