La zaga del Celta, una silla eléctrica


Foto: Ricardo Grobas
Lo de mover la defensa se ha convertido en una moda en Primera División. Lejos queda el precepto de no tocar la línea de zagueros, pero el Celta va a la cabeza del movimiento. Cuando parecía que después de nueve intentos, Luis Enrique había dado con la tecla, llegó una nueva vuelta de tuerca sacando del campo a Cabral para darle otra vez la batuta a David Costas.

Cabral, con sus defectos y virtudes, ha sido el defensa sobre el que han recaído más facturas en los dos últimos cursos en el Celta. La última, se supone, el tanto del Espanyol en Cornellá, en donde Fontás también tuvo su parte de responsabilidad. El argentino comenzó jugando este curso al lado del catalán para después ir desapareciendo del mapa ante la irrupción de David Costas y la aparición de Aurtenetxe.

El dato más llamativo ahora es que vuelve a la suplencia en su mejor momento. Cuando había dado un paso al frente en cuanto a intensidad y cuando había conseguido minimizar los errores en la salida de balón, su principal rémora. Además, cuando a nivel defensivo el equipo había firmado sus mejores partidos del curso, reduciendo al mínimo las ocasiones del rival.

Su ausencia ante el Betis provocó un nuevo desajuste y la vuelta a las andadas. No solo por los dos goles encajados, sino por la facilidad que tuvo el colista para crear oportunidades. El cambio llegó justo en el momento que el equipo parece haber encontrado una pareja de laterales de lo más solvente, a la hora de atacar y de defender.

En total, en lo que va de curso, en 21 partidos, Luis Enrique ha alternado una decena de combinaciones defensivas. La más repetida, en cinco ocasiones, ha sido la integrada por Hugo Mallo, Costas, Fontás y Toni. De los siete defensas utilizados solo Hugo Mallo y Fontás han sido intocables. El resto ha tenido sus momentos, especialmente Toni y Aurtenetxe, que ahora han desaparecido del mapa. El primero, fuera de las convocatorias en todo el 2014 y el segundo como habitual del banquillo y sin minutos. De hecho, el jugador cedido por el Athletic no disputa minuto alguno desde el 22 de diciembre ante Osasuna.

Esta falta de continuidad, incluso para lo que en teoría funciona, podría ser una de las causas que impiden al Celta mantener su portería a cero desde el partido con el Sevilla el 2 de noviembre.

Una moda en Primera

A diferencia de lo que pudiera pensarse, Luis Enrique no es el único que ha movido piezas defensivas casi todas las semanas. Jagoba Arrasate en la Real Sociedad también ha hechos diez combinaciones aprovechando que tiene jugadores polivalentes para el frente defensivo, lo mismo le ha sucedido a Émery en el Sevilla, con once movimientos, uno de ellos con cambio de sistema a una línea de tres incluido. Jémez es otro que no ha parado de inventar en el Rayo, igual que Luis García en Getafe.

Los únicos que se han regido por la vieja norma de apostar por un cuarteto defensivo son Marcelino, Lucas Alcaraz y Javier Aguirre. Por este orden. Porque en Villarreal ha repetido el mismo cuarteto defensivo (Mario, Mussachio, Dorado y Jaume) siempre que ha sido posible, igual que el Granada con Nyom, Diakhaté, Jeison Murillo y Bryan Angulo y el Espanyol con la terna Javi López, Colotto, Héctor Moreno, Fuentes. Simeone, en el Atlético, también es de esta escuela.

Todos los demás navegan entre dos aguas. En el Celta la percepción lleva a pensar que un poco de estabilidad no le vendría mal al cuarteto. En Los Cármenes todo puede pasar.

0 comentarios:

Publicar un comentario