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MARTA G. BREA |
Casi sin tiempo para disfrutar la exhibición de la Rosaleda,
la liga devuelve al Celta a la realidad con un partido terrorífico. El
Barcelona, líder invicto de la competición y en pleno refuerzo anímico tras
triunfar en el Clásico del pasado sábado frente al Real Madrid, aterriza en
Vigo con la intención de prolongar su rutina victoriosa en un campo que no
logró sumar a su registro de conquistas la temporada pasada.
Después de
difuminar gran parte de las dudas en un partido perfecto, los pupilos de Luis
Enrique buscan ahora una hazaña que dispare los índices de optimismo tras su
deprimente inicio de temporada. La magnitud del rival resta responsabilidad al
choque al tiempo que añade ilusión. Como resulta habitual, este tipo de
adversarios invitan a pensar en lo poco perdible y lo mucho que se puede ganar
durante los 90 minutos. El objetivo es continuar la línea marcada tras el parón
y tratar de arañar puntos a un Barça que, dicho sea de paso, mete menos miedo
que antaño. Luis Enrique, símbolo blaugrana en el pasado, se enfrenta a un
banquillo que aspira a ocupar en un futuro. El Celta, en plena construcción de
un modelo, reta a un gigante que siempre ha servido a sus dirigentes como
espejo futbolístico e institucional.
En cuanto al equipo titular que saltará al césped de Balaídos, la sublime
actuación en la Costa del Sol invita a pensar que no habrá cambios en el once
más allá del retorno de Rafinha. Santi Mina, quizás el menos brillante en
Málaga, será seguramente el sacrificado, puesto que Augusto Fernández regresará
al costado diestro. Por lo demás, repiten todos salvo sorpresa, incluidos
Cabral y Aurtenetxe, quienes se ganaron la continuidad. Krohn-Dehli, todavía
renqueante del esguince de tobillo sufrido ante el Levante, será la única baja
más allá de las habituales de Samuel, Bermejo y Carlos Bellvís.
Así pues, Yoel
ocupará la portería con una línea de cuatro en defensa formada por Hugo Mallo,
Cabral, Fontás y Aurtenetxe. Borja Oubiña, Rafinha y Álex López compondrán el
trivote en mediocampo. Arriba, Augusto Fernández en derecha, Nolito en
izquierda y Charles en punta.
Por su parte, el
Barça encara el partido con la sobredosis de moral adquirida tras vencer en el
Clásico al Real Madrid. Los de Tata Martino, casi impecables durante toda la
competición, buscarán mantener la ventaja con su eterno rival y evitar que el
Atlético, principal perseguidor en estos momentos, se le suba a las barbas.
Para ello, no obstante, el técnico de Rosario continuará con su política de
rotaciones, especialmente en defensa.
Piqué se queda en casa con molestias, y su sitio en el once lo ocupará el canterano Marc Bartra. Puyol, inédito ante Madrid y Milan, podría también entrar en el once en detrimento de un cansado Mascherano. También Montoya, sustituyendo a Dani Alves. En el centro del campo, Busquets es el futbolista más castigado, por lo que Song podría tener su oportunidad. Además, Alexis reclama un sitio tras su buena actuación el sábado pasado.
Piqué se queda en casa con molestias, y su sitio en el once lo ocupará el canterano Marc Bartra. Puyol, inédito ante Madrid y Milan, podría también entrar en el once en detrimento de un cansado Mascherano. También Montoya, sustituyendo a Dani Alves. En el centro del campo, Busquets es el futbolista más castigado, por lo que Song podría tener su oportunidad. Además, Alexis reclama un sitio tras su buena actuación el sábado pasado.
Así pues, el
conjunto culé podría salir de inicio con Valdés en portería, y Montoya, Bartra,
Puyol y Adriano en defensa. Song actuaría como pivote defensivo, cubriendo las
espaldas de Xavi e Iniesta. Arriba, Alexis completaría la delantera que comanda
la temida dupla Messi-Neymar.
Fernández Borbalán impondrá la objetividad en un choque liberado de presión para el Celta y que supondrá el reencuentro de los Luis Enrique, Rafinha, Nolito o Fontás con su anterior equipo. Un reto con mayúsculas en un Balaídos que se acercará al lleno y que tratará de llevar en volandas a los suyos en pos de conseguir una hazaña mayor que la del pasado sábado. Moral alta, fútbol valiente y rival de enjundia son los ingredientes de un partido que no provocará ninguna hecatombe con la derrota y que disparará la euforia con una victoria. ¿Por qué no soñar?
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