Iago Aspas desaparece de las quinielas para la selección

Un joven Iago, con la camiseta de la selección recibe a su hermano Jonathan 

Hace aproximadamente un año, el nombre de Iago Aspas comenzaba a sonar con fuerza para la selección española. Su debut en Primera División no pasaba desapercibido para el gran público y venía aparejado al de Michu, que estaba, literalmente, saliéndose en la Premier League. Ambos tenían en común el hecho de haber compartido vestuario en Barreiro y en Balaídos, aunque su desarrollo profesional no tenía nada que ver. Aspas se  formó y forjó en Vigo, y llegó a la élite con el equipo de su vida. 

Del Bosque hablaba de él en positivo cuando le preguntaban, y aseguraba que lo tenía presente. Su nombre sonaba con fuerza, especialmente cuando la temporada fue avanzando. Tocaba un relevo generacional en el que había cabida para nuevos nombres. Los Torres, Villa y Llorente necesitaban, sino recambio, al menos ayuda, competencia, jugadores que les echasen una mano o les hiciesen ver que estaban ahí detrás. Pero algo pasó en Riazor con el cabezazo a Marchena y las posteriores declaraciones del seleccionador nacional en las que aseguraba que el moañés había tirado por la borda toda su temporada y la de su equipo. 

Desde ese momento, Iago Aspas desapareció de todas las quinielas. No sabemos si realmente estuvo en ellas, pero a nivel periodístico, su nombre se esfumó. Nuevos nombres han aparecido, otros jugadores se han asentado en la selección, pero a día de hoy Iago Aspas parece más lejos que nunca de "la roja". La vieja guardia, encabezada por Villa, Torres o Llorente, viene acompañado por Soldado y Negredo, a quien ahora se une Michu, recién convocado por Del Bosque, y Diego Costa, que podría ser el próximo "nueve" en ir con la selección. 

Iago Aspas, cuyo objetivo al abandonar el Celta era ganarse un nombre para ir a la selección, ha visto como, de momento, no ha conseguido que su presencia en el Liverpool sirva para que Del Bosque se acuerde de él. Sus primeros meses en Inglaterra están siendo más duros de lo previsto, y parece que el salmantino no va a acordarse de él a corto plazo. Todo lo contrario, por delante se le acumulan rivales que parecen tener ganado mucho terreno. Pero eso sí, pocos tan cabezones como Aspas. Al final lo logrará.