Carlos Mouriño entra de lleno en el negocio del vino. El presidente del Celta es uno de los administradores de la sociedad Grandes Pagos Gallegos de Viticultura Tradicional, constituida en mayo y que acaba de cerrar la compra de una de las bodegas con más solera de O Baixo Miño. El grupo ha adquirido Quinta de Couselo, una firma familiar que nació a principios de la década de los años 90, y que hasta ahora estuvo gestionada por los siete hijos de sus fundadores, Manuel Suárez y Concepción Vicente.
Mouriño asume el timón acompañado por sus socios Manuel Estévez Vaqueiro y José Manuel Martínez Juste. Este último es el presidente de la Asociación Gallega de Enólogos. Martínez Juste avanzó ayer las líneas generales del proyecto: «Tratamos de cuidar y mejorar el legado que nos acaba de transmitir la familia Vicente Suárez». El experto hace hincapié en que «no solo mantendremos los puestos de empleo sino la filosofía de trabajo, como empresa familiar, artesana y vinculada a O Rosal».
Las condiciones económicas de la transacción no se han querido hacer públicas. La sociedad, que ya inició su singladura en el sector vitivinícola con la adquisición de una propiedad en la zona de O Ribeiro, explicó Martínez Juste, «quiere potenciar la imagen de la marca y su enraizamiento en el valle». La idea es «mejorar la organización y gestión» de la firma y, el aval, «es la calidad». «Tenemos toda la calidad y vamos a darle un empuje comercial para revalorizarla», adelantó el enólogo.
La operación de compraventa se selló la semana pasada y parece que beneficiará tanto a las partes actoras como a toda la subzona rosaleira. Quinta Couselo nació con la creación de la Denominación Rías Baixas y maduraron juntas. Es uno de los buques insignia de la zona dada su tradición. La posibilidad de una venta planeaba hace semanas ya que los siete herederos han asumido a lo largo de estos años otros proyectos en solitario que les requieren toda su dedicación. «Son cousas da idade, xa había tempo que valorabamos unha posible venta», se limitó a manifestar el también enólogo e hijo del fundador de Quinta de Couselo, Ángel Suárez.
La recolección tanto en la finca de Quinta de Couselo como en las otras bodegas de la zona como Lagar de Fornelos, Terras Gauda y Santiago Ruiz arrancarán a finales de mes. La mejor noticia se confirmó este fin de semana: los viñedos se libraron de los incendios. Los expertos no cuantifican la recolección, pero prevén una buena calidad.
Carlos Mouriño sigue los pasos de su antecesor en el cargo, Horacio Gómez, que coincidiendo con su paso por la presidencia del Celta cultivó su pasión vitivinícola. Hace ya una década que el grupo de Gómez desembarcó en Tomiño.
Carlos Mouriño es un empresario con muy buen ojo y gran experiencia para los negocios. La venta de la calderera Gándara Censa a Citic Heavy Industries, que cerró hace un par de años, fue casi un hito no solo en su trayectoria profesional sino en la economía gallega, por la primera gran irrupción de empresarios chinos. Mouriño preside además el Grupo Energético del Sudeste. Su entramado empresarial se calcula en unas ochenta sociedades entre México y Galicia.
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