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| Foto: M. Moralejo |
Los celtistas tienen derecho a comparar y eso supone inevitablemente muchas críticas para el Consejo directivo de la entidad olívica. Mientras el pasado domingo, la entrada más cara para asistir al partido que disputaron los pupilos de Luis Enrique frente al Oporto fue de 25 euros, los precios de las localidades fijadas para el XVIII Memorial Quinocho que jugarán este sábado en el estadio de Balaídos a las 20.00 horas frente al conjunto inglés del Southampton, no son sólo sensiblemente superiores, sino que tampoco están al alcance .
Es cierto que los abonados celestes no tendrán que pasar por taquilla, pero parece excesivo que las entradas vayan desde los 25 euros para acceder a la Grada de Gol o a los 50 de Tribuna Cubierta. La respuesta no está siendo positiva, lo que podría repercutir negativamente en la asistencia al estadio para presenciar el primer amistoso de la pretemporada que dispute el Celta en su estadio. Quizás lo más sensato sería tomar el ejemplo que siguieron en Oporto, donde apostaron por todo lo contrario, estableciendo unos precios asequibles, y cuyo resultado fue el color que lucieron las gradas en O Dragao, donde se dieron cita más de 45.000 aficionados.
Afición descontenta
Con semejante panorama, parece harto complicado que con esta política de precios que está llevando a cabo la entidad celeste, las gradas del viejo Balaídos ofrezcan pasado mañana un aspecto muy diferente al desolador mostrado en los múltiples bolos veraniegos disputados en años anteriores. Si al final se disputa el Trofeo Ciudad de Vigo, ojalá se produzca la necesaria rectificación por parte de la Directiva, encabezada por el presidente Carlos Mouriño, por el bien de la afición.
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