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| Foto: Marta G. Brea |
Celta y Coruxo disputaron ayer un amistoso marcado por la tragedia de Santiago, lo que se dejó notar en el ambiente. El Centro de Stagios de Melgaço estaba prácticamente abarrotado, pero se notaba que era un día especial. Las ganas de fútbol de ambas aficiones y el horario provocó que se produjese un buen número de desplazamientos al cercano pueblo portugués. Antes del encuentro se guardó un sentido minuto de silencio en homenaje a las víctimas.
A la hora del inicio del choque todavía no se conocía con exactitud el alcance de la tragedia. Las informaciones aún no eran del todo claras. Se criticó a través de las redes sociales la celebración del partido, pero lo cierto es que a esa hora era difícil calibrar la magnitud del suceso. El accidente se produjo poco antes de las 21:00, sin tiempo material para cancelar un partido al que acudió un gran número de aficionados, que fueron llegando a Melgaço sobre esa hora. Estoy convencido de que hubiese habido más tiempo, no se habría celebrado el partido. Las críticas son lógicas, pero también hay que entender la situación. Con todo, este partido, en el que el resultado y el juego serán lo de menos, quedará marcado para muchos por esa lamentable tragedia que hace empequeñecer y parecer ridícula cualquier cosa que pase en el fútbol.
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