Sin Derecho a Olvidar


MIGUEL VIDAL
Atacar los diarios estos días, e  incluso esta misma página es poner a prueba el asombro. Noticias y rumores de fichajes que generan ilusiones, expectativas, ponen la libido futbolística a cien y sacan los colores a paseo a más de uno. Alguno se asombra de los nombres. Otros, se ponen a fantasear con objetivos. Ilusión, sí. No cabe la menor duda. Siempre es algo hermoso y necesaria para una afición guerrera y que se ha acostumbrado a tirar a degüello hasta el último aliento y con todo a la contra. Es necesario para esta afición. Es más, es casi una súplica. La gente lo merece.

Ahora bien. No tenemos derecho a ciertas cosas. Y una de ellas es desmemoriar quienes nos han hecho lo que somos.. Porque todos los nombres que suenan pueden generar expectativas, y ser ilusionantes. Pero si uno echa la vista hacia atrás, comprueba que a ciencia cierta los que sacan las castañas del fuego, los que atan los machos cuando llueve en la cara y el viento no entra en la vela, los que son los habitantes de este álamo celeste con disparos a troche y moche y enemigos atrincherados, son siempre los mismos. Los de la casa.

Me remito al partido contra el Atletico de Madrid. Seguro que lo recuerdan. Fíjense en la alineación. Díganme quien salió a partirse la cara y casi a la desesperada. Miren la lista. Cuestiónense a si mismos qué es lo que ven. No verán nombres de grandes astros. Eso si, verán nombres de grandes guerreros. De gente de aquí, que es de aquí o que siente lo de aquí. Porque de todos estos que dicen que suenan que pueden venir o no.. están muy bien, sí.. pero seamos honestos. Ya sabemos que si las cosas pintan mal, no nos darán tanto como los nuestros.  Y los que volverán a la trinchera a calzar la bayoneta futbolística, a atar los machos y llevarse a quien sea por delante, serán nuestros canteranos. Así que si ; un plus de calidad, bien merece un brindis. Pero los de casa son los que nos han traído y los que nos han mantenido. Loor a ellos y a sus hazañas. No tenemos derecho a olvidarlas. Porque somos quienes somos, por ellos. Y para ellos.

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