Firmeza defensiva de la mano de Jonathan Vila


RICARDO GROBAS
Tan sólo dos goles encajados en los tres últimos partidos de Liga es el balance del Celta en 270 minutos de competición. Después de muchas vueltas y de algún que otro severo revolcón, Abel Resino parece haber encontrado esa solidez defensiva que se necesitaba para que el conjunto olívico volviera a remontar el vuelo.

Curiosidad o no, lo cierto es que el retorno a la titularidad de Jonathan Vila ha coincidido con el resurgir de los de Balaídos, que tienen motivos fundados para soñar, ahora más que nunca, con lograr la permanencia en la máxima categoría de nuestro fútbol.

La trayectoria de Vila está repleta de altibajos. A mediados de la pasada temporada dejaba de contar para el entonces entrenador celeste, Paco Herrera, que colocaba en su puesto al ahora osasunista Oier Sanjurjo.

La situación no cambió en absoluto después del verano y el central apenas si dispuso de cuatro oportunidades durante la primera vuelta, ante Barcelona, Rayo Vallecano, Mallorca y Athletic, que siempre llegaron por la ausencia a causa de lesiones o sanciones de sus más directos competidores por una plaza en el equipo titular.

Con la llegada de Abel, tampoco parecía cambiar nada, Jonny y Roberto Lago seguían siendo los titulares en ambos costados y el técnico toledano empezó apostando por la pareja Cabral-Demidov para el centro de la zaga.

Argentino y noruego llegaron a disputar cuatro partidos; también lo harían Demidov y Túñez ante el Deportivo. Desde el banquillo, Jonathan Vila seguía sin entrar en las rotaciones.

Lesión determinante
Pero todo cambió cuando, en el primer período del Celta-Rayo Vallecano se lesionaba Vadim Demidov, siendo Vila el elegido por su técnico durante el intermedio para sustituirle. Pese a perder los vigueses por 0-2, su buena actuación personal no pasó inadvertida para Abel Resino, que decidió mantenerle como central diestro ante Mallorca, Zaragoza y Levante, siempre con Andrés Túñez como acompañante.

Lejos de acusar la larga inactividad -433 minutos sobre el césped durante las primeras 30 jornadas en las que intervino únicamente en siete partidos-, Jonathan entendió que era un tren que ya no podía dejar escapar y se ha aferrado a la titularidad en el momento de la temporada más delicado para su equipo.

A propósito de la visita del Athletic a Balaídos, esta campaña ya sabe lo que es enfrentarse a los leones y también a Aduriz, autor del único gol que se marcó en la que fue última visita del Celta a San Mamés. Pasado mañana, tratará de tomarse la revancha y contribuir al triunfo de su equipo para poder dormir -al menos esa noche- fuera de los puestos de descenso.


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