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Foto: Ricardo Grobas |
El Celta está vivo. El agónico
gol de Bermejo en las postrimerías del dramático duelo ante el Zaragoza ha
insuflado al equipo de un aire que demandaba con ansia tras el duro varapalo de
Mallorca. Cinco días después de aquella alegría, la realidad regresa para
comprobar si aquel indicio de resurrección se prolonga en el tiempo o se esfuma
fugazmente como humo entre los dedos. Al frente de la tropa regresa un Iago
Aspas dispuesto a saldar su deuda. Cuarenta días después de su fatídica acción
en Riazor, el moañés vuelve para liderar un conjunto que ha echado en falta sus
goles e inventiva en los metros finales. El daño provocado ha sido importante,
pero cuenta ahora con seis finales para enmendarlo. La primera de ellas ante un
Levante sosegado por su situación clasificatoria, pero inquieto ante su mala
dinámica de las últimas semanas. Los granotas pretenden hacer pagar a los
celestes los platos rotos del día del Deportivo, donde salieron goleados de
forma sonrojante. En tierra de nadie, Europa parece hoy demasiado lejos para
los de Juan Ignacio Martínez. El objetivo es dar el último paso hacia la
salvación a costa de un Celta que busca caminar con firmeza hacia la luz.
Lo que funciona es mejor no tocarlo. Eso es lo que debe pensar Abel Resino, convencido de que lo ofrecido ante Mallorca y Zaragoza es el sendero que deben seguir sus jugadores. Por ello no habrá apenas cambios respecto al partido del pasado lunes. La única duda es cómo hacer hueco a Aspas. Puesto que el canterano es indiscutible en el once, alguno de los titulares en la pasada jornada empezará el duelo desde el banquillo. Mario Bermejo, héroe frente a los maños, puede ser el perjudicado. Parece que a Resino le gusta el esquema de dos pivotes defensivos con Álex López pululando en zona de tres cuartos, por lo que le dará continuidad. Además, la lesión de Park deja a Bermejo como único punta, así que no será de extrañar que lo reserve por si es necesario dar un golpe de efecto en la segunda mitad.
De esta forma, el Celta saldrá de inicio con Javi Varas en la puerta y una línea de cuatro en defensa con Jonny, Vila –que definitivamente se ha ganado el puesto-, Túñez y Roberto Lago. Borja Oubiña y Natxo Insa repetirán en el doble pivote, mientras que Augusto Fernández, Álex López y Michael Krohn-Dehli formarán el tridente de mediapuntas. Arriba, regresará Iago Aspas. Por otra parte, además de Park, se han quedado en Vigo Pranjic, aquejado de una gastrenteritis, los lesionados Hugo Mallo y Sergio, y Toni, Samuel y Demidov por decisión técnica.
En la ciudad del Turia aguarda un Levante en horas bajas. Los de JIM vienen de encadenar tres derrotas consecutivas –Real Madrid, Deportivo y Barcelona- y tratarán de asegurarse su permanencia un año más en Primera División con una victoria ante el Celta. La marcha de Martins a mitad de temporada ha lastrado sobremanera a un equipo que ha jugado Europa League esta campaña, pero que tiene muy difícil repetir su clasificación europea este año. Diop, pieza clave en el esquema levantinista, no estará por sanción, pero sí Iborra, que no estuvo la pasada semana en el Camp Nou. Al equipo también regresan Lell y Munúa, aunque ninguno de ellos parece que pueda entrar en el once. Como tampoco otros como Barkero y Ballesteros, que han llegado muy justitos a este final de curso.
Así pues, Keylor Navas formará en portería con una defensa de cuatro compuesta por Pedro López, David Navarro, Vyntra y el ex-céltico Juanfran. Iborra y Simao jugarán en el centro del campo, justo por detrás de Pedro Ríos, Míchel y el canterano Rubén. Acquafresca será una vez más la referencia ofensiva.
El asturiano Muñiz Fernández dirigirá un duelo de vital importancia para el Celta. Arrancar es difícil, pero mantener el ritmo lo es más si cabe. Los vigueses necesitan encadenar por primera vez dos victorias consecutivas que confirmen su rehabilitación y los llenen de moral de cara a las últimas semanas de competición. Vencer al Zaragoza fue importante, pero lo será menos si no se acompaña de un buen resultado en el Ciutat de Valencia. Para la causa, Resino ha recuperado a su estrella. Aspas sabe que en sus botas están gran parte de las aspiraciones del equipo y que es su deber moral recuperar el tiempo perdido tras su arrebato en el derbi. A él y a la fe inquebrantable en unos colores se encomienda un celtismo que volverá a estar representado por un nutrido grupo de valientes que cruzarán la península para estar al lado de los suyos. Por ellos y por todos los demás que lo verán por la televisión debe el Celta romper de una vez por todas su nefasta racha a domicilio –no gana desde noviembre- y ofrecer un motivo más para creer en la salvación.

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