La eliminación de los españoles en Champions permitiría un #PucelaCeleste masivo

2.300 celtistas acompañaron al equipo en Pucela la pasada temporada 

La locura en que se ha convertido el calendario de la Liga lleva a situaciones esperpénticas que afectan a equipos por sucesos que acaecen sobre terceros equipos. Ya hemos visto que el Celta jugará un miércoles a las 19:30 simplemente porque su rival en la jornada del fin de semana se clasificó para la final de la Copa del Rey. Un sinsentido que se extiende a la penúltima jornada de Liga, cuya fecha aún no se conoce a pesar de la cercanía. 

El calendario de la competición reservó para la penúltima jornada la fecha de 29 de mayo, siendo por tanto esa jornada la única que se dispute entre semana, pero con la salvedad de que si en la final de la Champions League, señalada para el sábado 25 de mayo, no se hubiera clasificado ningún equipo español. En estos momentos, son dos los conjuntos ibéricos que podrían disputar dicha final. El Barcelona lo tiene complicado después de caer por cuatro tantos a cero en Munich, y el Real Madrid disputa la ida esta noche en Dortmund. Si fuesen eliminados, la jornada se adelantaría al domingo 26 de mayo. 

¿Qué le interesa al Celta? Siendo egoístas, tal vez lo mejor sea que no se clasifique ninguno de ellos, ya que ese partido entre semana es, precisamente, el choque ante el Real Valladolid en el estadio José Zorrilla. Para facilitar un desplazamiento masivo lo ideal sería que la jornada fuese en fin de semana. De eso modo se podría revivir un #PucelaCeleste en toda regla, con mucho en juego para el Celta, que se estaría jugando la permanencia por entonces. 

Una fecha especial, que recuerda a esa agónica victoria en Pucela que abrió las puertas del cielo al Celta. Este año toca repetir y esa fecha está marcada en rojo en el calendario de los celtistas. Sería una pena que coincidiese en miércoles. Además, hay que tener en cuenta que eso, unido a que la Liga para el fin de semana anterior, provocaría un receso de 17 días sin competición. Demasiado tiempo en el momento más importante de la temporada.