Gil Manzano se volvió a cruzar en el camino del Celta


El Celta ha vuelto a desaprovechar otra oportunidad para engancharse al ascenso, tal vez la penúltima, y se obliga a ganar al Real Zaragoza el próximo lunes, sopena de condenarse definitivamente a la Segunda División. No estuvieron finos los de Abel Resino, y sin ánimo de encontrar una justificación en ello, es inevitable destacar la actuación de Gil Manzano. Destacaban los comentaristas de canal + que el colegiado extremeño era de la escuela de Mateu Lahoz, por aquello de no pitar cualquier falta ni caer en el engaño de los futbolistas. Lo cierto es que actuaba así, pero solo cuando el Celta llevaba el balón. En caso contrario castigaba el mínimo roce. 

Son pequeños detalles que, en muchas ocasiones, pueden decantar un partido hacia un lado o el otro, pero más allá de esos matices, la actuación de Gil Manzano ayer fue lo suficientemente polémica para olvidar estas insignificancias. Dos futbolistas del Celta fueron claramente derribados en área contraria sin que fuese señalada la infracción. Primero Bermejo es claramente derribado por un zaguero rival, y unos minutos después fue Geromel quien se agarró a Túñez para evitar que pudiese rematar. Dos penaltis más o menos claros que no vio o no quiso ver el trencilla. Una lástima porque si hubiesen sido señalados el partido cambiaría drásticamente. 

Y es cierto que la imagen del Celta ante el colista no estaba siendo la mejor del mundo, pero incluso a los equipos que juegan mal hay que pitarles penaltis a favor si lo son. Luego podría suceder cualquier cosa, podría remontar el Mallorca, podrían fallarse esos penaltis, pero parece complicado pensar que un equipo tan tocado como el balear fuese capaz de superar ese golpe. Tal vez ahora estaríamos hablando de otras cosas, no se pediría la cabeza de Resino ni se criticaría a cualquier jugador del Celta. Tal vez, y solo tal vez, el Celta estaría ahora más cerca de la salvación si, simplemente, el árbitro hubiese actuado de forma justa. 

La trayectoria de Gil Manzano se ha cruzado en más de una ocasión con la del Celta, para desgracia de los celestes. En la Temporada 2010-11 especialmente, ya que fue protagonista en Villarreal, durante la celebración de un partido ante el filial amarillo. El Celta había logrado remontar un gol en contra cuando en las postrimerías del partido se produjo una jugada polémica. Un balón divido en el área, Falcón sale a por él y es derribado por un delantero rival. Gil Manzano señaló penalti. Unos meses después se cruzó con el Celta en el Benito Villamarín, llevando a cabo una de las peores actuaciones que se recuerda en un árbitro. Expulsó a Roberto Lago por entender que había tocado el balón con la mano cuando en realidad había sido Michu con el pie. También expulsó a Iago Aspas, que sería gravemente sancionado, tras haber sido insultado por el moañés. Fue aquel día cuando Paco Herrera explotó y clamó contra el estamento arbitral. Ayer, Gil Manzano se volvió a cruzar con el Celta, y el resultado fue el de casi siempre. 

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