La poesía de la ilusión



El estado de ánimo es un elemento clave en el fútbol. Las derrotas envuelven el entorno de pesimismo y preocupación, mientras que las victorias lo cargan de alegría y optimismo. En Vigo, tras la merecida derrota del pasado sábado en Pamplona, tocaba una semana del primer tipo. El equipo, acuciado por su nefasta trayectoria a domicilio, caía en puestos de descenso por segunda vez en lo que llevamos de temporada, lo que hacía saltar las luces de alarma en el seno del celtismo. Todo apuntaba hacia unos 7 días complicados, de dudas y críticas, de desconfianza hacia un conjunto que no estaba pasando sus mejores momentos.
   
Es en esos instantes cuando se antoja vital dar un golpe de timón que haga variar el rumbo emocional de la nave. Aunque ellos no lo sabían, pues cerraron la operación el viernes antes de viajar a tierras navarras, la directiva celeste ha encontrado ya el antídoto perfecto para atravesar esta difícil semana. Es chileno, juega por todo el frente de ataque y se llama Fabián Orellana.
   
En la matinal del domingo pasado, sin haber transcurrido ni tan siquiera 24 horas desde el descalabro en el Reyno de Navarra, Balaídos desprendía un perfume de ilusión que escondía el olor de la derrota. El medio millar de celtistas que se dieron cita en el coliseo vigués para recibir a Orellana parecían no haber visto el choque del día anterior. Todo eran caras de alegría, de satisfacción plena por tener de vuelta a uno de los héroes del ascenso. Rostros de emoción, pero también de confianza, de fe absoluta en que el chileno, de la mano de sus compañeros de travesuras, conseguiría revertir la situación.
   
Orellana aún no ha jugado un solo partido y ya ha metido su primer gol. Ha ilusionado a una afición que, al menos esta semana, tenía motivos para estar desilusionada. Una hinchada que, bien es cierto, tiene más paciencia que antaño. El apoyo mostrado ayer en A Madroa a sus futbolistas es un buen ejemplo. Mañana, al arrancar el encuentro ante el Valencia, el ambiente será bien diferente al vivido en situaciones similares años atrás. Hay ganas de victoria y también de ver a un Fabián Orellana que probablemente haya sido el fichaje más esperado en los últimos tiempos por el celtismo. Ciertamente, cuesta recordar una incorporación celeste que haya despertado una expectación semejante. Algo tendrá el chileno que ha logrado generar una gran ilusión en la gente. Poesía, tal vez.

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