La enésima metamorfosis en la pizarra de Herrera


I. SAN MARTÍN 
Paco Herrera todavía no ha encontrado el planteamiento perfecto para este Celta. En esta temporada hemos visto dos versiones claramente diferenciadas. Se ha visto una cara en casa, en Balaídos, y otra en los partidos disputados a domicilio. El técnico catalán ha dado continuidad a su apuesta por alinear juntos a Mario Bermejo, Iago Aspas y Park en los encuentros como local. El problema estriba en los duelos como visitante, donde el equipo vigués sólo ha logrado arañar cuanto puntos.

El preparador celeste volvió a sorprender. No apostó por Natxo Insa. Tampoco por su polémico trivote. Herrera repitió su apuesta personal de ubicar a Gustavo Cabral como mediocentro. El argentino era la pareja en la sala de máquinas de Borja Oubiña. Por delante también había variaciones tácticas. Pranjic y De Lucas suplían a los sancionados Augusto Fernández y Krohn-Dehli. La participación del croata y el catalán era previsible. Sin embargo, la gran novedad era que ambos jugaron a pierna cambiada. Un hecho que incomodó sobre todo al nuevo fichaje del Celta, que tuvo que acomodar el esférico a su pierna izquierda para poder rematar ante el marco de Andrés Fernández.

El técnico catalán varió su esquema tras el gol de Armenteros. Retomó un dibujo ofensivo, más valiente. Cabral y De Lucas dejaron su hueco en el terreno de juego a Toni y a Park. El coruñés jugaría a banda cambiada en la derecha. El coreano cubriría el espacio ocupado por el catalán. El internacional croata, por su parte, sería el nuevo compañero de Oubiña en la medular. El Celta mejoró con esta variación. Se asomó más por el área rival y puso en aprietos a un Osasuna que buscaba matar el partido en una contra. De todas formas, la falta de puntería de los visitantes volvió a ser clave para que los celestes volviesen a Vigo con las manos vacías.

Carlos I. Castrillón / Faro de Vigo 

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