El día que Diego Costa avergonzó al celtismo


El 2 de diciembre de 2007 se produjo la última visita del Celta a La Rosaleda. Era un Celta muy distinto, entrenado por López Caro, y con el objetivo del rápido retorno a Primera División que jamás se produciría. Destacaba en aquel Celta un joven Diego Costa, que había llegado cedido desde el Atlético de Madrid y no estaba pasando desapercibido durante los primeros meses de competición.  Primero por su innegable calidad futbolística y también por su reprobable comportamiento dentro de un terreno de juego. Su primera hazaña fue un "toreo" a un futbolista del Xerez en el descuento de un partido que su equipo ganaba 3-1, pero si aquella había sido una niñería, lo que pasó en Málaga pudo haber sido más grave. 

Durante todo el partido, el pique entre Diego Costa y Weligton había sido constante. Traían cuentas pendientes de su etapa en el Penafiel portugués, donde ambos futbolistas habían coincidido, y las marrullerías fueron la tónica general durante todo el partido. Diego Costa estaba dejando sobre el césped constancia de su gran calidad como futbolista. Había anotado un gol, injustamente anulado por un fuera de juego inexistente (Teixeira Vitienes II ya apuntaba maneras), pero se estaba enzarzando demasiado con la zaga rival, en especial con su ex compañero. 

Así, cuando el partido estaba agonizando llegó una acción que le puso salir cara a su rival. Ambos futbolistas pugnan por el balón, Welligton se queda tendido en el suelo y Diego Costa pasa a su lado dejando descaradamente la pierna, que impactó sobre la cabeza del rival produciéndole una brecha. Un mal menor teniendo en cuenta la mala intención del futbolista céltico que ese día avergonzó a toda la hinchada celeste por su comportamiento de mala persona. No sería la última vez que avergonzaría al celtismo, ya que solo unos días después declaró en rueda de prensa que no estaba arrepentido y más o menos vino a decir que el futbolista del Málaga se merecía la patada que le había propinado. Cinco años y medio después podemos comprobar que Diego Costa ha madurado, pero se le nota poco, ya que no hace mucho provocó otro incidente lamentable con el Atlético de Madrid en partido de Europa League. La cabra siempre tira al monte.

Resumen del partido. La agresión en el 8:30

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