Cristiano Ronaldo, el héroe que nunca debió ser

VICTOR GIL 

Cristiano Ronaldo se convirtió en el gran protagonista del partido que enfrentó a Celta y Real Madrid el pasado miércoles, incluso de la eliminatoria, ya que suyo fue el tanto que dio la vida a su equipo en Balaídos cuando caía 2-0. La prensa internacional se ha rendido en elogios al futbolista, hecho que fue recogido por toda la prensa nacional, y en el estadio se pedía el balón de oro para el futbolista luso, que ha arrancado el año anotando cinco goles en dos partidos, amenazando el récord histórico de Chitalu. 

El portugués marcó claramente la diferencia entre Real Madrid y Celta. Unos tenían a un gran jugador inspirado y con ganas, y los otros no lo teníamos. Pero la historia pudo haber sido muy diferente si Álvarez Izquierdo hubiese hecho su trabajo en el partido de ida. Aquel día de diciembre, Cristiano Ronaldo debió haber sido expulsado tras dos entradas a Hugo Mallo. En la primera vio amarilla, pero en la segunda el trencilla dejó seguir la jugada, que acabó en el gol de Mario Bermejo, y después de que el cántabro anotase pasó por alto la clara amonestación al portugués, que paró en falta a un rival sin posibilidad de disputar el balón. Sería amarilla, la segunda y la consiguiente expulsión. 

¿Qué hubiera pasado si Ronaldo hubiese sido expulsado por Álvarez Izquierdo? Es imposible saberlo, ya que solamente nos lo podríamos imaginar sin la garantía de acercarnos tan siquiera a lo que hubiese sucedido en ese supuesto. Pero sí sabemos lo que no hubiese pasado. Si Ronaldo fuese expulsado no habría marcado en Balaídos, ni habría podido jugar en el partido de vuelta en el Bernabéu, así que tampoco podría anotar un triplete ante Sergio ni estaría molestando a Hugo Mallo en el fatídico momento en el que el de Marín se dejó seis meses de fútbol a causa de su rodilla. 

Todo eso no hubiese pasado, e igual ahora estábamos hablando de algo muy diferente. Y no es jugar con la ventaja de que el Madrid no tuviese al mejor jugador, es tan sencillo como que éste no se merecía estar jugando ese partido porque tendría que haber sido expulsado en el anterior y, por tanto, sancionado en la vuelta. De eso no hablan los rotativos europeos ni españoles.