Tenía el Celta que despedirse de San Mamés, pero no acudió a
la cita. Los hombres de Paco Herrera cayeron por la mínima en un partido en el
que apenas fueron capaces de inquietar a su adversario y en el que el habitual
despiste defensivo de cada tarde terminó por ser letal. No le hizo falta nada
más a un Athletic que es una sombra del equipazo del año pasado, pero que en el
día de ayer superó con relativa justicia a un conjunto celeste excesivamente
romo.
Y eso que las cosas
no empezaron mal. Los primeros minutos del choque invitaban al optimismo. El
balón era celeste, los espacios aparecían a la espalda de San José y la
movilidad de Aspas aventuraba un partido complicado para Amorebieta y compañía.
No obstante, llegó el minuto 20 de encuentro y los vigueses se diluyeron. A los
de Bielsa les bastó una buena pelota al área y un certero cabezazo de Aduriz –libre
de marca ante la mala colocación de Túñez- para abrir el marcador. Fácil, muy
fácil se adelantaron los leones.
Pero es que
después, el Celta no ofreció argumentos para igualar la contienda. Tan sólo De
Lucas y Krohn-Dehli, los más activos de los celestes, generaron algo de peligro
en todo el segundo tiempo. El resto fue un querer y no poder de un equipo que,
tal y como hiciera en San Sebastián, volvió a firmar un encuentro muy pobre en
tierras vascas.
Jugando bien, los
célticos ya han demostrado que pueden perder. El problema es que jugando mal, a
excepción de la Romareda, la derrota se antoja casi segura. Resulta preocupante
la incapacidad del equipo para arañar puntos a domicilio, donde está mostrando
una alarmante falta de competitividad. Ante un Athletic como el de ayer, un
Celta un poco más fino, como el que se vio ante Almería o Levante la semana
pasada en Balaídos, probablemente hubiera regresado a Vigo con 3 puntos en el
zurrón.
Una auténtica
lástima que los de Herrera no estén siendo capaces de aprovechar el pésimo momento
deportivo que están atravesando muchos equipos de la zona baja para escaparse
en la clasificación. Deportivo, Espanyol, Granada o Mallorca están en caída
libre, pero el Celta solamente aventaja en 4 puntos a deportivistas y pericos,
en 3 a los nazarís y en 2 a los bermellones. Demasiada poca renta para un
conjunto que da la sensación de que a poco que gane contundencia en las dos
áreas, principalmente en la suya propia, puede alcanzar la mitad de la tabla.
Ante el Betis, ya al refugio del hogar, habrá otra nueva oportunidad.
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