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| EFE |
Los rumores que apuntan al interés de varios clubes en Iago Aspas son cada vez más insistentes, y lo seguirán siendo en la medida en la que el futbolista de Moaña siga mejorando como futbolista, algo que sucede con precisa puntualidad cada siete días. Sevilla, Valencia, clubes de la Premier, de la Bundesliga.. es evidente que a Aspas no le faltarán novias dispuestas a abonar una importante cantidad de dinero para hacerse con el que muchos consideran futbolista revelación del presente campeonato.
Ahora bien, ¿Hasta dónde estarán dispuestos a llegar y qué hará el Celta para impedirlo?. Poco pueden hacer los de Praza de España.. o tal vez sí. Iago Aspas es celtista de corazón, pero también es una persona con un fuerte carácter ganador, por lo que el club vigués debe presentarle a su estrella un proyecto ganador, algo más que luchar por la permanencia. Es evidente que este año, con el Celta recién ascendido tras un lustro de penuria en la categoría de plata, quedar decimoséptimo será como ganar la Champions, pero de cara a los próximos años Aspas querrá más.
El Celta se encuentra ahora mismo en una buena posición dentro del fútbol español. Haber sido uno de los primeros equipos que se han saneado económicamente le otorga cierta posición de fuerza en el mercado. El acuerdo alcanzado con canal plus por los derechos televisivos ha sido muy ventajoso, dentro del injusto reparto del pastel televisivo que se da actualmente en España. Este verano ha sido de los pocos equipos que ha pagado traspasos por algún futbolista, por lo tanto, en ese sentido, parece que las bases para un futuro prometedor están sentadas, y no podemos olvidarnos de la cantera, en la que se comenzó a invertir hace unos años y que dará sus frutos dentro de unos años.
Otra opción para retener a Aspas es volver a revisar su contrato, pero el Celta puede encontrarse con un problema en el vestuario. La renovación de Aspas ya le está generando un pequeño contratiempo en su intento de renovar a Roberto Lago, que pretende cobrar como el genio de Moaña. Establecer una diferencia aún más grande sería peligroso, pero si el Celta quiere mantener a Aspas en Balaídos, tal y como es el deseo de los que más mandan en Praza de España, igual hay que arriesgar. El Celta debe crecer al ritmo de Aspas para evitar su marcha, ofrecerle un proyecto ambicioso, que le ilusione y le haga olvidar los cantos de sirena que su representante y el entorno del fútbol español le hagan llegar. El mayor aval es su celtismo.
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