Si al arbitraje de Fernández Borbalan no llegaba con acusarle el clamoroso fuera de juego en el 3-1 o la sibilina forma de decidir las faltas y las tarjetas amarillas, llega un nuevo borrón a su mala tarde en el Nou Camp. Messi decidió dejarse la humildad y los valores en el vestuario tras un balón que el Celta envió a saque de esquina. En una imagen que recuerda al central portugués Pepe, debe ser que tantos partidos juntos algo se pega, le lanzó un puñetazo por la espalda de Jonathan Vila. Muy valiente el 10 del Barcelona, que no contento con ello le dedicó un grave insulto recordando a la madre del porriñés. Bonito ejemplo para su recien nacido hijo, debe ser eso que se vanaglorian en llamar Humildat y Valors.
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