Puede que el equipo no esté al 100%, que Herrera se haga un lío con los cambios, que los árbitros nos hagan un roto o que el portero rival haga el partido de su vida. Puede incluso que enfrente esté el mejor equipo de la Liga o uno totalmente desahuciado. El rendimiento de Aspas es siempre el mismo: Excelente. Aspas vive un momento dulce de forma perenne, permanente, interminable. Un momento dulce que le lleva a convertirse en uno de los jugadores revelación del presente campeonato.
Algunos tenían dudas sobre su rendimiento en la máxima categoría. Hasta la fecha, Aspas había tenido varias temporadas irregulares, donde no acababa de dar lo que de él se esperaba y una, la pasada, maravillosa. El genio de Moaña anotó 23 goles, pero eso era Segunda y en un equipo puntero, que llegaba mucho arriba. Su rendimiento goleador en la máxima categoría era toda una incógnita. Incluso tardó en inaugurar su casillero goleador, ya que no fue hasta la tercera jornada cuando pudo anotar el primer tanto, y sería en la sexta cuando llegaría el segundo. Marcó la siguiente semana ante el Sevilla y tras tres jornadas sin marcar regresó a lo grande ante el Rayo.
En Vallecas, Aspas firmó su primer doblete de su carrera en Primera División, e incluso pudieron ser más. Si no mediase la expulsión de Cabral, y el partido siguiese como hasta ese momento, existían muchas posibilidades de que cayese un tercer gol y Aspas pudiese llevarse el balón para casa. No pudo ser, habrá que esperar, pero está claro que el moañés empieza a demostrar que también puede y sabe marcar goles en la denominada mejor liga del mundo. Hasta la fecha ha anotado 5 goles en 11 partidos. Si mantiene este promedio le llevaría a una cifra superior a los 15 goles, que sería algo fantástico para su campaña de debut. Es, con diferencia, el jugador más en forma del Celta, y es muy complicado estar siempre al nivel que está Iago.
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