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BENITO ORDOÑEZ |
En el Bernabéu aquel famoso penalty de Cabral a Özil en el que parece que el alemán hace más por caerse de lo que Cabral puede hacer por tirarlo. Una semana después, en el derbi, Undiano Mallenco aplicó un rasero distinto a la de hora de tomar ciertas decisiones, y en el Camp Nou no hace falta ni hablar del tercer gol del Barcelona, con Jordi Alba un metro en fuera de juego. Todo esto se une a que entre el derbi y el partido del Barcelona, el Celta visitó Almería y la expedición céltica no regresó nada satisfecha con el arbitraje de Hernández Hernández, a quién reclaman dos penaltis.
Todas estas actuaciones son un caldo de cultivo perfecto para que la actuación de Álvarez Izquierdo sea la gota que colme el vaso de la paciencia de muchos celtistas, que exigen al club que alce la voz y reclame un trato justo. Bien es cierto que, al margen del partido de Vallecas, motivos para la protesta sobran. Da igual incluso que el equipo no haya estado bien en alguno de estos encuentros, se pide, se exige, un trato justo como, es de suponer, tienen todos los equipos.
El caso es que resulta complicado saber si realmente esto sirve de algo. Está claro que el club, al menos de forma pública, no va a expresar su malestar por los arbitrajes. Carlos Mouriño lo hizo en una ocasión, en su primera temporada en el club, allá por el año 2007. El jerarca celeste se quejó amargamente de los arbitrajes sufridos y recibió la llamada de José Ramón de la Morena, que lo invitó a participar en directo en el popular espacio deportivo El Larguero. No fue buena la experiencia. El comunicador madrileño poco menos que se rió del Presidente céltico y no se apreció una mejoría de los colegiados que dirigían al Celta. Desde entonces, no ha vuelto a expresar de forma pública y con tanta contundencia su disconformidad con el estamento arbitral. Cuatro años más tarde fue Antonio Chaves, Director General del Celta, quién exigió un trato justo por parte de los árbitros. Lo hizo en una rueda de prensa, días antes de los play-off de ascenso a Primera División, donde todos recordamos la penosa actuación de Lesma López.
Javi Varas expresaba esta mañana su punto de vista sobre este aspecto: "No me gusta excusarme con los árbitros, pero hoy todos los partidos se ven en televisión. No queremos ser beneficiados, pero tampoco perjudicados. En los últimos cuatro o cinco partidos hemos tenido cero de suerte", manifestó al tiempo que reflexionaba: "No podemos hacer nada. Levantamos la voz, ¿para qué?, supongo que ellos sabrán cuales son sus errores y entiendo que no los harán intencionadamente". Paco Herrera iba más allá y dijo ayer en la rueda de prensa posterior al partido que era mejor no protestar: "No quiero hablar de los árbitros que luego se acaban poniendo en nuestra contra".
Otros futbolistas del Celta no son tan diplomáticos. Mario Bermejo, a la conclusión del partido de ayer habló alto y claro y se quejó del trato arbitral: "Llevamos cinco partidos en los que siempre se equivocan en contra nuestra. No es normal. No es justa la victoria del Rayo Vallecano". Lo dijo con rotundidad. Bermejo tampoco es de los que se anden con medias tintas. Otros jugadores del Celta han expresado su malestar por los arbitrajes, pero con el paso de las semanas no mejoran.
Es una cuestión complicada. Quizás lo ideal, si hay que protestar, es hacerlo en privado, no en público. Poner en la picota al estamento arbitral quizás no sea lo más inteligente y quiero pensar que el club se está moviendo donde se tiene que mover. Recurrir a los medios públicos debería ser el último recurso, no el primero. ¿Qué opináis? ¿Debe protestar el club por los últimos arbitrajes?
1 comments:
Bastante perjudicados diria yo..
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