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ALBERTO LIJÓ |
- ¿Ha encontrado en Vigo y el Celta lo que buscaba cuando llegó aquí?
- Sí. De hecho, conociendo ahora lo que conozco del club, me hubiera gustado venir antes. Incluso en otro tiempo, cuando se luchaba por otras metas, hubiera sido interesante venir. Hubo algún contacto en la época de Félix, pero a veces es complicado cerrar según qué operaciones. Pero bueno, me tocó venir en un proyecto en el que hemos cumplido uno de los objetivos, devolver al equipo a Primera División, y ahora la segunda parte es consolidarlo y estamos en ello.
- ¿Se siente a gusto en la ciudad?
- Sí, ya la conocía, pero ahora ya tienes muchos más amigos y no sólo en el ámbito del fútbol, conoces a más gente y te mueves mejor. También es una ciudad muy fácil que no te complica la vida en absoluto.
- ¿El fútbol es su pasión, además de su trabajo?
- Tengo muchas pasiones, no diría que es la única y exclusiva, la que me quita todo el tiempo. Pero sí, me gusta ver mucho fútbol y estudiarlo, ver la evolución que tiene y hacia dónde va.
- ¿Cree que es positivo para un futbolista no estar centrado las 24 horas en su profesión?
- Si no te resta concentración y te permite evadirte de la presión que puedes tener ciertos días, es bueno. Lo que no puedes hacer es dedicarte a según qué cosas estando en activo, porque no vas a poder llegar a todo, pero sí se puede compaginar el fútbol con otras aficiones.
- ¿Alguna afición confesable?
- Confesables, casi todas. Por ejemplo, paso muchísimo tiempo con mis perros. Es una de mis aficiones, los animales y en concreto los perros. Me ayuda ver que con tan poco son felices. En según que momentos, viene bien.
- ¿Ha pensado ya qué hará cuando se retire, seguirá ligado al fútbol?
- Ésa es la intención. No sé a qué nivel o en qué ámbito del deporte, pero el fútbol me lo ha dado todo y espero seguir aportando cosas. Me gusta estudiar hacia dónde va el fútbol, la evolución del propio juego. Eso sí, no me veo de entrenador, no creo que sea un trabajo que me pueda apasionar. Por lo menos ahora no, aunque con el tiempo nunca se sabe.
- ¿El fútbol deja muchos amigos?
- Muchos. De hecho, si deja enemigos es porque quieres. No te vas a llevar siempre bien con todos, pero de ahí a que haya enemigos el camino es muy largo. Y tampoco entiendo por qué no puedes llevarte bien con todos. Dentro de un vestuario, siempre hay una competencia directa con el que juega en tu puesto e indirecta con los demás puestos a los que te puedes adaptar, pero de ahí a que no sepas diferenciar según que cosas, habla de la madurez de cada uno.
- Los futbolistas siempre hablan de la importancia del vestuario en el producto final. ¿Tan decisivo es que no haya mal ambiente para que lleguen los resultados?
- Es más fácil que las cosas salgan bien si hay buen rollo en el vestuario, pero hay equipos que han funcionado si tener un buen grupo dentro del vestuario. Luego, lógicamente, cuando han dejado de funcionar es mucho más rápida la desfragmentación de ese grupo. Pero es más fácil y mucho más gustoso venir a entrenar con un grupo de amigos que no con un grupo de futbolistas a los que ves, te entrenas y te vas para casa.
- ¿Resulta más sencillo si sucede lo que en el Celta, que en los últimos años ha mantenido el mismo bloque de futbolistas?
- Siguen muchos jugadores y los que vienen son de la misma calidad humana. El club mide mucho por dónde va encaminado el vestuario y qué le interesa o no le interesa meter. Aunque al final nunca se sabe, porque cuando vino Fabi (Orellana) todo el mundo decía cosas de él y de lo que se decía a lo que es, es la noche y el día.
- Orellana asegura que el grupo que se encontró en el vestuario del Celta le ayudó a madurar.
- Sí, es un vestuario que ayuda a todo porque aparte de la calidad técnica que tienen sus futbolistas, tiene esa calidad humana que te permite apoyarte en tus compañeros.
- Decía antes que le gusta estudiar la evolución del fútbol. ¿Cómo ha evolucionado a lo largo de su carrera, hacia dónde va?
- Creo que va a ser fundamental la velocidad técnica y, sobre todo, el manejo de los espacios. Creo que va a volver un poco al fútbol de los ochenta, a ese Milan de Arrigo Sacchi que con tres futbolistas te manejaba toda la defensa. Si logras defender con pocos jugadores, te permite hacer una transición muy rápida hacia arriba porque vas a tener muchos futbolistas descolgados. El fútbol puede mejorar mucho si aprovechas bien los espacios con pocos jugadores, algo que el Real Madrid, nuestro próximo rival, consigue y el Barcelona también. Pero el Rayo Vallecano lo intentó el otro día y, lógicamente, no es lo mismo.
- Hace unos años se decía que el fútbol iba a ser mucho más físico, se esperaba que las selecciones africanas irrumpiesen con fuerza, pero ahora triunfa un fútbol muy técnico, como el que practican el Barcelona o la selección española.
- Son compatibles. Puedes ser físicamente muy fuerte y técnicamente muy elevado también, más que nada porque cuando más rápida es la gente más técnica va a tener que ser para lograr según qué cosas.
- ¿El Barça de los últimos años ha sido el mejor equipo de la historia?
- Que yo haya visto, sí. Me gustaba el equipo de Cruyff, pero no tiene el nivel de velocidad que tiene este Barcelona. El problema que tiene ahora es que se está volviendo excesivamente monótono porque los rivales se lo exigen. No es culpa de ellos, sino que los rivales te defienden dentro del área y el Barcelona no tiene otra que acumular jugadores arriba y jugar un fútbol más al pie y más veloz.
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