Sorprendió a todos Paco Herrera. Se esperaba un cambio de
dibujo, la apuesta por un 4-3-3 que sustituyese al 4-2-3-1 que tan buenos
réditos había concedido la pasada campaña. Un nuevo esquema en el que Álex
López cobraría si cabe mayor importancia desde la posición de mediapunta, donde
explotar su visión de juego y llegada. Sin embargo, el técnico catalán prefirió
un 4-4-2 con De Lucas y Aspas formando dupla ofensiva. La idea era buscar las
cosquillas a la defensa del Málaga, contundente pero exenta de velocidad,
mediante dos futbolistas rápidos y verticales que recibiesen constantemente a la
espalda de Wellington y Demichelis. Salió bien la apuesta, pues aunque faltó el
gol, el Celta fue capaz de generar mucho peligro al conjunto dirigido por
Manuel Pellegrini.
Sin duda, este
nuevo dibujo puede ser un recurso muy interesante para futuros compromisos de
los olívicos, especialmente ante equipos que requieran el esférico. Aspas es
indiscutible, pero junto a él podrían formar el propio De Lucas, quien ofreció
un rendimiento más que notable en una demarcación que no es la suya, cualquier
nueva incorporación-especialmente si posee características similares a las del
jugador del Morrazo- o incluso con Mario Bermejo, tal y como sucedió el año
pasado aunque con el cántabro un poquito más adelantado. Este 4-4-2 ofrece
verticalidad y rapidez en las transiciones, especialmente si se acompaña con
dos extremos puros como pueden ser Augusto o Toni. Por otra parte, Álex López
demostró el pasado sábado que se encuentra más cómodo en el centro, cerca del
núcleo del juego. Fue quizás el único aspecto a mejorar de un esquema que
sorprendió a todos por su novedad y por el buen resultado futbolístico que
ofreció.
Si algo ha
demostrado Herrera en estos dos años que lleva al frente del equipo celeste es
no ser un hombre de ideas fijas. El técnico catalán ha variado en multitud de
ocasiones el dibujo del equipo en pos de encontrar con la tecla exacta que hiciese
funcionar la maquinaria. Este 4-4-2 puede ser una buena opción para momentos
puntuales, al igual que el 4-3-3 que venía probando hasta ahora, más idóneo
para choques en los que los vigueses deban llevar la iniciativa. Aspas y Álex
López son las piedras angulares del once y en torno a ellos pueden
estructurarse muchos esquemas. Es una auténtica fortuna que el equipo celeste
tenga la capacidad de adaptarse a diferentes dibujos. Herrera debe hilar fino y
acertar con el más adecuado en cada ocasión. Ante el Málaga lo hizo, pero faltó
aquello que no se puede encontrar en la pizarra: el gol.
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