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ANTONIO SALAS |
El Celta se despidió de Primera División el 17 de junio de 2007 con un único canterano en su alineación: Borja Oubiña. El capitán ha repetido en el regreso, un lustro más tarde, pero ya no como gallego solitario. Paco Herrera emplazó en el once inicial a seis jugadores formados en mayor o menor medida en A Madroa (Mallo, Túñez, Lago, Oubiña, Álex López, Iago Aspas). Toni se añadió a ellos en la segunda parte. La mitad, por tanto, de los empleados ante el Málaga. Lo nunca visto en la máxima categoría desde los ochenta, ya raro de ver a finales de esa década cuando en el vestuario convivían Vicente, Otero, Nacho, Rodolfo, Camilo, Lito, Noly, Mosquera... La apuesta por la cantera conserva en principio su energía pese al ascenso, aunque falte conocer su peso concreto cuando la plantilla se complete. La dirección deportiva acelera la captación de los refuerzos que Paco Herrera exige. Algunas fuentes aseguran que el técnico podría ya disponer de un nuevo jugador en Anoeta ante la Real Sociedad.
A expensas de estos movimientos, Herrera da de momento continuidad a una apuesta múltiple en su paternidad y prolongada en el tiempo. "Presidente, directivos, técnicos, los propios jugadores...", enumera el coordinador de las categorías inferiores, Toni Otero, que confiesa que sintió "satisfacción" cuando vio a tanta alumno de A Madroa sobre el césped el pasado sábado. "Está claro que la Liga es muy larga. El equipo se irán asentando más conforme avance la temporada. Pero el inicio ha sido bueno. Todos nos hemos ilusionado con el juego del equipo". A Toni le conviene el efecto de contagio que tiene entre la chavalada ver a canteranos compitiendo en la elite: "Ver que pueden llegar traslada más ilusión a todos".
La irrupción de un canterano en la elite, de la que el propio jugador es el gran artífice, no es producto de un día. Requiere mimos, paciencia, política de club y una concatenación de decisiones acertadas y afortunadas. Herrera reconoce haber aprovechado la valentía de Eusebio Sacristán, que llegó a dar la alternativa a 16 canteranos. Que habían sido captados para el Celta, en su mayoría, por Javier Maté, coordinador de las categorías inferiores bajo la presidencia de Horacio Gómez. De hecho, Maté fue quien enroló en el club céltico a seis de los siete empleados por Herrera en el primer encuentro. Solo Álex López se escapa de su influjo. Pertenece a una etapa posterior.
El exportero, actual director deportivo del Rápido de Bouzas, encaja con emoción esas imágenes de Balaídos. Él leyó los primeros informes, dio la aprobación, negoció los detalles y vistió la camiseta a muchos. "Conozco al padre de Toni y sé qué significa para él que su hijo haya llegado a Primera División. Me acuerdo de Túñez y de su familia, tras llegar de Venezuela... Verlos ahora me produce una gran satisfacción". Y también cierta vindicación de su labor, tratada "de forma injusta" en algún momento.
A Maté no le sorprende el buen desempeño de los canteranos en ese primer envite contra el Málaga. A nivel colectivo, "se ha dado continuidad a la base" del equipo que logró el ascenso. "Sólo cambia el escenario. Se enfrentan a gente con más nombre pero es un poco lo mismo. No se dejarán impresionar". Advierte, no obstante, que los célticos tendrán que "ir elevando el lisón" porque ciertamente los adversarios "tiene un punto más de calidad, y no sólo técnica, sino física y táctica".
El burgalés aprecia la solidez exhibida por Mallo y Lago ante extremos de la calidad de Joaquín e Isco; el ritmo de Álex o Toni; cree que a Túñez le ha convenido la experiencia internacional con Venezuela porque "se ha medido a grandes monstruos a nivel de selecciones". Y se muestra especialmente enfático con Iago Aspas: "Es el que menos va a notar el cambio de categoría debido a su personalidad. Iago, con perdón, trata de tú a dios. En su cabeza siempre está jugando partidos de la máxima responsabilidad".
Pero es Oubiña el que marca la pauta. El único que se mantiene en la fotografía. El nexo de unión entre generaciones. Y todavía con jerarquía, anuncia Maté: "Para mí Borja será el termómetro del Celta. Podía quedar alguna duda por la falta de continuidad de las últimas temporadas. Su comportamiento, compromiso y actitud están garantizados. También el carácter que imprime al equipo. Es la proa que llevará al Celta a su destino".
Armando Álvarez / Faro de Vigo
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