El orgullo de nuestros pueblos


Foto: Gustavo Santos 
Sin un disparo a puerta, siquiera fuese por disimular, el Celta regresó a la Primera División cinco años después tras empatar hace poco más de una semana contra el Córdoba. El barco capitaneado por Paco Herrera siguió el camino correcto y alcanzó la gloria en la última jornada del campeonato, cuando mejor sabe y con un vestuario plagado de futbolistas autóctonos.

Además de Vigo, Catoira,Marín y Pontevedra también son de Primera. En territorio "vikingo" nació Sergio Álvarez Conde, el guardameta de los dos ascensos, por las calles de Marín desfilan a diario Hugo Mallo y Víctor Vázquez, y en la capital de provincia residen dos de los integrantes de los servicios médicos de la primera plantilla viguesa: Salvador Domínguez, fisioterapeuta, y Juan José García Cota, galeno del Celta y de la Selección Española de Fútbol que actualmente defiende el trono continental.

Dos saltos de categoría
Llegó a la entidad en la que ahora manda Carlos Mouriño en su último año como juvenil procedente del Arosa, club que le enseñó a enfundarse los guantes. Sergio Álvarez,que en agosto soplará 26 velas, apretó los dientes y no tiró la toalla pese a las adversidades. Por ello festejó este ascenso como el que más. "Llevaba esperando por algo así desde que era niño. Estoy feliz, muy feliz. Aunque esto se repita, que ojalá que no, la experiencia de este ascenso es inolvidable", anticipa el de Catoira.

No obstante, el arquero del conjunto olívico tuvo que esquivar muchas piedras en su trayecto hacia la portería de Balaídos. Así, y aunque ya formaba parte de aquel proyecto que ascendió a Primera División a las órdenes de FernandoVázquez (era el tercer portero), su aventura en el filial, con una cesión incluida al Racing de Ferrol, fue eterna."Veía que no iba a llegar nunca,porque me adelantaban por todos los sitios.Lo pasé mal,pero supe tomar la decisión correcta de quedarme en el filial y gracias al apoyo de mi familia y de mis amigos seguí adelante", explica. El de Catoira, que poco a poco recupera la voz tras la intensa semana de celebraciones, ya bromea cuando le inquieren por un posible mano a mano contra Messi la próxima temporada." ¿Qué haré? Pues parárselas" vaticina.

El Porvir, una factoría
Hugo Mallo Novegil y Víctor Vázquez "Churre" se presentan en la Alameda de Marín a la hora estipulada. El lateral derecho, codiciado por media España, admite que echa de menos la cama."Dormí poco, sí, pero ahora hay tiempo para recuperar durante las vacaciones", apunta (viajará a Ibiza con Iago Aspas, Roberto Lago y Miguel Centrón, jugador del Coruxo).

Hugo Mallo Novegil (Marín, 22 de junio de 1991) recorre a diario los escasos 20 kilómetros que separan su tierra natal de las instalaciones de A Madroa para seguir escribiendo su historia. Llegó a la ciudad olívica previo paso por el Porvir, el histórico Salgueiriños y el Pontevedra. En el Celta maduró y el Celta lo hizo internacional.Hugo todavía no se lo cree."Llevo unos días en Primera y mi cabeza todavía no lo asimila.En pretemporada nos daremos cuenta de lo que hemos hecho.Ahora mismo estoy viviendo un sueño", relata.

Asimismo, el ascenso tiene una dedicatoria muy especial.El primer mensaje es para su familia; el segundo, para los que no creían en él."Me acuerdo de muchas cosas,sobre todo de lo que me costaba ir a entrenar cuando era pequeño y del trabajo que le suponía a mi padrino llevarme todos los días a la Madroa. Me acuerdo también de todos aquellos que decían que me echarían en cualquier momento del Celta", sostiene.

Otro de los que aprendió a andar a las puertas de la Autoridad Portuaria fueVíctorVázquez Rosales (Marín,17 de octubre de 1989), conocido por sus compañeros como"Churre"(sus padres regentan una churrería en Estribela). El todoterreno marinense (se fracturó el peroné en un entrenamiento y acudió a la Clínica de Fátima por su propio pie) pasó por el Porvir y por la Agrupación Juvenil Lérez antes de enfundarse la casaca celeste.A Vigo llegó siendo un juvenil, pronto se hizo con la brazalete de capitán del filial y ahora trata de olvidar el descenso con el Celta B a Tercera con el salto a Primera. "Después de lo que viví estos días cuesta creerlo. Tengo que agradecer al club que me permitiera vivir estos dos últimos meses con el primer equipo", apunta.

"Churre" , que todavía desconoce si seguirá vinculado con la entidad olívica, todavía se emociona al echar la vista atrás."Me acordé de mi abuelo.Tampoco me olvidaré nunca de cómo estaba la Plaza América. Fue algo increíble, de verdad".

Faro de Vigo

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