Foto: Champy |
Muy pronto comenzaban los primeros celtistas a aparecer por la zona de Balaídos. Cuando aún ni se habían colocado las aceras, una buena cantidad de aficionados ya desfilaban por los distintos bares y cafeterías de la zona. Fue el comienzo de una jornada con un duro final y donde la tensión se palpaba en el ambiente. La visita del eterno rival a tu casa suele ser sinónimo de ello.
Antes de las ocho de la mañana ya varias peñas del Celta hacían acto de presencia por los alrededores del estadio. Agrupaciones como Centolos Celestes o Irmandiños calentaban y refrescaban sus gargantas a partes iguales. Bares colocaban su particular dispositivo especial. Barras en la acera, altavoces o banderas en la fachada eran parte de él. La policía había tenía cerrado el trafico en muchas zonas ante la aglomeración de público.
La coincidencia con la carrera del GP de China de Formula 1 hizo que los locales se llenaran de mucha gente deseosa de comenzar la previa y a la vez ver las andanzas de los bólidos. El final de la calle Manuel de Castro, donde habitualmente se reúnen los Celtarras, o la confluencia de Fragoso con Balaídos, se convertían a las diez en un hervidero de gente.
Hora y media antes de comenzar el encuentro, el celtismo se arremolinó en torno a la puerta de jugadores para recibir a los jugadores. Tras la llegada del Celta se produjo la del visitante. Ahí comenzaron los primeros problemas con la Policía, que tuvo que emplearse para disolver al gentío acumulado para que no se produjera ningún incidente con el autobús del Deportivo.
A las once las colas delante de las puertas eran ya evidentes, mientras seguían los escarceos detrás de la grada de Tribuna entre antidisturbios y algunos aficionados. Dentro del estadio, el celtismo descubría la decoración, mientras la afición visitante comenzaba a ocupar su sector en la esquina de Río más cercana a Gol. La última grada en llenarse fue Gol, ante las dificultades para acceder a la calle Olímpicos por el cordón de seguridad.
Comienza el partido. Tensión, goles, canticos. Al descanso un fuerte chaparrón obliga a buscar cobijo a muchos, que ven que con la reanudación sale el sol de nuevo. Más tensión, goles y canticos. Remata todo con la victoria blanquiazul. Desolación en las gradas del viejo Balaídos, especialmente visible en las caras de las peñas más animosas, que tardan muchos minutos en marcharse.
Tras el encuentro se vacía rápidamente la zona, quedando a las dos y media grupos aislados. Vuelven a reproducirse los conatos de violencia, viviéndose situaciones muy tensas en las cafeterías del final de Fragoso. Incluso los agentes del orden entran en algún local, en una evidente extralimitación de sus funciones. Mientras aprovechan parar ir desalojando a los aficionados herculinos, los primeros los que viajaron en coche, después los autobuses que enfilan la VG-20. Los últimos los que vinieron en tren, que desfilan por Portanet a pie camino de Guixar.
A las 16:00 ya reina la tranquilidad y las unidades de limpieza del Concello empiezan su trabajo. Un derbi más en Vigo ha pasado.
0 comments:
Publicar un comentario