Con los papeles cambiados


Foto: JV Landín

El Deportivo ganó el clásico de la primera vuelta a pesar de que llegaba al mismo con tres puntos menos en la clasificación y peores sensaciones que su eterno rival. Cinco meses después es el Celta el que acude a la cita con más dudas y con mayores urgencias: va a rebufo de los blanquiazules en la tabla y el Valladolid acecha para quitarle la segunda plaza.

El Celta y el Deportivo vuelven a encontrarse cinco meses después del duelo en Riazor con los papeles cambiados. En noviembre pasado, los celestes estaban por delante de los blanquiazules en la clasificación –terceros frente a séptimos– y con mejores sensaciones –victoria ante el Cartagena por empate en Murcia–. Mañana, el conjunto coruñés se presentará en Balaídos como líder y tras ganar en casa, mientras su eterno rival ha cedido terreno en las últimas jornadas y es probable que incluso pierda provisionalmente la segunda plaza. Pero como quedó demostrado en A Coruña, poco importan los antecedentes cuando se trata de un derbi.

Tanto Herrera como Oltra han ido retocando sus equipos para hacerlos más fuertes en defensa y más peligrosos en ataque. El Celta cambió la pareja de centrales que jugó en Riazor. Vila y Catalá dejaron paso a Oier y a Túñez. Los celestes son ahora los que menos goles encajan (28) de la categoría, junto al Valladolid. Con tres tantos más en contra se encuentran los blanquiazules, que también han modificado la retaguardia: Ze Castro por Aythami y Moré por Ayoze.

Las parejas de pivotes de ambos equipos están formadas por futbolistas gallegos. Oubiña y Alex se han consolidado en el Celta, al igual que le ha ocurrido en el Deportivo a Bergantiños y a Juan Domínguez, quien desde el anterior clásico se ganó la titularidad al aprovechar la ausencia por sanción de Jesús Vázquez. Ese cambio le dio mayor consistencia al juego de los de Oltra. Lo mismo le ha ocurrido a Herrera con Oubiña, que llegó a la cita de Riazor sin tener la plena confianza de su técnico por las dudas que suscitaba su maltrecha rodilla.

Orellana y Guardado son ahora piezas claves en sus respectivos equipos. En Riazor, el chileno fue suplente y el mexicano estuvo ausente por compromisos con su selección. El céltico, sin embargo, fue protagonista del clásico. Y solo necesitó dos minutos para ello: anotó el tanto del empate y perdió el balón que Lassad convirtió en misil al recogerlo fuera del área. Ahora mismo, Orellana y Guardado son piezas claves en el juego ofensivo de célticos y de blanquiazules. Pocos en la categoría poseen su capacidad de desborde.

Los otros dos estiletes en las acciones por las bandas son De Lucas y Bruno Gama. El céltico ha perdido frescura pero le motivan los partidos grandes y con interés mediático. El portugués se ha ganado la titularidad tras un comienzo gris.

La temporada ha confirmado a Iago Aspas y a Riki como los principales artilleros de Celta y Deportivo. El moañés suma trece tantos, y el arancetano diez, con los que sus equipos son los máximos realizadores de Segunda (58 y 55). El clásico puede estar en sus manos.

Javier Conde / Faro de Vigo

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