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Foto: LOF |
El pasado sábado fue otro ejemplo de ello. Fingió un penalti, algo que se ha convertido en costumbre en los últimos tiempos, y se ganó una amonestación por ello. No contento con ello, siguió protestando hasta jugarse la segunda amarilla en la siguiente jugada dudosa que se produjo en el área. Paco Herrera tiene un duro trabajo por delante con él, y hasta el momento parece que todos sus esfuerzos son baldíos.
Y eso que parecía que Aspas se había moderado en los últimos tiempos, pero ya vimos en Elche que esto no era así, y en las siguientes jornadas ha continuado en una línea preocupante que le hace ir casi a tarjeta amarilla por partido. Es una pena que un jugador de tanta calidad se pierda en protestar absurdas, en piscinazos inútiles y en actitudes que no ayudan al equipo. Es una pena porque todos queremos ver a Aspas sobre el terreno de juego y desgraciadamente nos estamos perdiendo su magia, no porque el equipo necesite su cambio, sino porque no es capaz de estar en un terreno de juego.
Sabemos que ese es su carácter, indomable, que él es así, y todo ese tipo de argumentación tan habitual en estos tiempos, pero ese pequeño defecto es corregible, y más vale que se subsane antes de que deje al equipo en inferioridad numérica. Queremos once en el campo y que entre ellos esté Aspas. ¿Es tan complicado? ¿Creéis que Herrera debe tomar cartas en el asunto? ¿Sería ejemplarizante dejarlo en el banquillo para que reconsidere su actitud?, ¿Qué opináis?
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