Las aficiones de Celta y Deportivo siguen contando los días para que llegue el gran derby. Cuando falta casi un mes, ya conocemos los precios de las entradas y como conseguirlas en Vigo, así como el horario, que aún sin ser oficial, parece que todo apunta a que será el domingo 13 de noviembre a las 20:00, emitido por canal +.
Ayer, el club herculino hizo público que ya han sido despachadas casi 5.000 entradas para el partido, además de las 1.000 entradas que se han reservado para los seguidores celestes. Estas 5.000 entradas pertenecen al público en general, por lo que teniendo en cuenta el número de socios que tiene actualmente el Deportivo, el llenazo parece totalmente asegurado. Los precios oscilan entre los 25 y los 60 euros. En el partido de vuelta, los seguidores blanquiazules dispondrán también de 1.000 entradas en Río alto lateral, según se informa en la web deportivista.
Es evidente que la expectación es muy importante, y que ambas aficiones estaban esperando esta cita. Seguramente todos preferíamos que fuese en Primera División, y seguramente, lo que todos queremos es que ciertos cánticos, bastante rancios, dejen de escucharse en ambos estadios. En ese sentido, podemos leer un excelente artículo de Bruno Sanxurxo en Notas de fútbol. Este seguidor deportivista relata los famosos cánticos dedicados a Alvelo y a Quinocho, de los cuales afirma sentirse avergonzado. Son una minoría quienes lo cantan, seguramente la misma minoría que cantaba en Balaídos aquello de "Molina, echale huevos" o los cánticos referentes a la lesión de Manuel Pablo.
Como digo, son minoría, pero viendo lo que está sucediendo en torno al derby, es decir, la expectación creada, la rivalidad bien entendida no debería llegar a estos extremos. Todos tenemos claro que nunca nos llevaremos bien, que nunca iremos de la mano por la calle, pero creo que puede haber rivalidad, pique y enfrentamiento, desde el respeto y sin perder las formas. Seguramente hoy todos nos hemso hecho fans de Berry Powell, y a buen seguro que ellos mañana tifarán con todas sus fuerzas por Jose Mari y compañía. Es normal, pero no debería pasar de ahí.
El 13 de noviembre habrá lleno en Riazor, y espero que los gallegos demos ejemplo de deportividad en medio de la crispación generalizada que vive el fútbol español en los últimos tiempos. Que el dedo en el ojo no sea una moda, ni en el campo ni en la grada. El derby gallego será una fiesta, la fiesta del fútbol gallego. Que nadie la empañe. Ojalá solo hablemos de lo sucedido en el campo, y no de los incidentes en la grada. ¿Seremos capaces entre todos de conseguirlo?
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