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Foto: Ricardo Grobas |
Esta tarde, a partir de las 18:00 horas, el Celta tiene una buena oportunidad no sólo para consolidar su condición de favorito al ascenso con la que sería ya la tercera victoria consecutiva, sino para escalar posiciones y auparse al cuarto lugar de la tabla, a sólo dos puntos de un Almería que cierra el ascenso directo. Para ello, deberá doblegar al mini-submarino amarillo, es decir, a un Villarreal B que vive en mitad de la tabla fruto de sus cuatro jornadas sin conocer el triunfo y del contraste que vive entre un ataque demoledor y una débil retaguardia.
Se espera un partido con muchos goles. No en vano se enfrentan los dos conjuntos más realizadores del campeonato, con 17 tantos los amarillos por 19 del conjunto vigués. Es más, en ambas escuadras militan dos de los grandes “killers” del torneo hasta el momento: Joselu y David Rodríguez, los dos con seis goles y empatados con el almeriense Ulloa en lo más alto de la clasificación de goleadores. Un poder ofensivo muy superior, en ambos casos, al nivel en defensa. El filial castellonense es uno de los equipos que más dianas recibe de toda la categoría con 18, sólo por detrás de algunas escuadras en puestos de descenso. Mientras, el Celta, aunque presenta mejores números que su adversario, tampoco puede presumir en esta faceta, pues ha encajado ya 11 goles en los diez encuentros disputados. Por tanto, se aguarda un choque entretenido y muy vistoso para el espectador, ya que los goles y el espectáculo están asegurados.
Los vigueses llegan a la cita plenos de moral. Una moral proporcionada por las dos victorias consecutivas en casa con un saldo de seis puntos, media docena de goles a favor y ninguno en contra. Unos registros muy positivos que han confirmado la efectividad del arsenal ofensivo de Herrera, al tiempo que han ofrecido una mejoría de la parcela más retrasada del conjunto. Además, las rotaciones de Herrera, aunque algo arriesgadas, tuvieron consecuencias positivas, tanto en el aspecto físico como en el mental, pues muchos jugadores volvieron a sentirse importantes dentro del esquema del técnico catalán, siendo conscientes de que en cualquier momento pueden resultar útiles para el equipo.
No obstante, parece que, por lo menos este fin de semana, las rotaciones han terminado y que Herrera volverá a apostar por su once tipo, a excepción de la inclusión de ligeras variantes. Yoel, que volverá a jugar en el estadio donde tuvo el polémico desencuentro con Trashorras, estará en la portería; la línea defensiva estará compuesta por Mallo y Lago en los laterales con Catalá y Oier en el centro de la defensa; vuelve el doble pivote formado por Borja Oubiña y Álex López; línea de tres mediapuntas con De Lucas, Joan Tomás y Bermejo; y en punta de ataque, el enrachado Iago Aspas. Vila se ha quedado fuera de la lista y, aunque nadie termina de creérselo, Herrera podría apostar por la pareja de centrales Túñez-Catalá y desplazar a Oier al lateral derecho en detrimento de un Hugo Mallo que puede sufrir mucho ante la calidad del costado izquierdo de los amarillos. Asimismo, Bermejo podría tener descanso, situándose Joan Tomás en la media punta y David Rodríguez en banda izquierda. Menos probable, sería la incursión de Insa o Bustos por Oubiña, aunque también resulta factible dentro del amplio abanico de posibilidades que dispone Herrera.
Por su parte, el Villarreal B tratará de terminar con su mala racha de resultados ante un rival propicio, al que ha vencido en tres de sus cuatro enfrentamientos anteriores, además del empate de la temporada pasada. Para lograrlo, el ex-deportivista Molina formará con el vigués Diego Mariño en portería; línea de cuatro con Pere, Lejeune, Kiko Olivas y Jaume Costa; el jugador de O Calvario y ex-canterano céltico Pedro Vázquez, Llorente, Castellani y Fofo en el medio; y arriba los peligrosísimos Joselu y Airam.
En fin, partido importante, muy importante para los pupilos de Paco Herrera. Con una victoria, el buen momento se confirmaría del todo y la moral de un equipo que en las próximas jornadas disputará duelos importantes como los de Riazor o Balaídos frente al Hércules se situaría por las nubes. A efectos clasificatorios, colocaría al conjunto vigués a sólo dos puntos del ascenso directo al tiempo que mantendría la distancia de ocho puntos con un líder que, de momento, se está mostrando intratable. El partido y el rival, un equipo que deja jugar, parecen propicios para ello, aunque en los últimos años no lo hayan sido. Esperemos que los Aspas, De Lucas, Álex López y compañía sigan enchufados y continúen elevando a este Celta a la superficie, aunque sea a costa de hundir un submarino.
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