El gol que pudo haber cambiado el partido

Cuando el marcador electrónico señalaba la decena de minutos, una jugada pudo cambiar el rumbo del partido. Fue una preciosa combinación iniciada por Orellana, con pase en profundidad a un De Lucas ubicada en la banda izquierda, el catalán encara la línea de fondo y da el pase de la muerte a David que llegaba solo por el centro. La jugada tantas veces repetida entre ambos jugadores, la jugada que ha caracterizado al Celta de Paco Herrera y de la que el equipo vivió el año pasado ganando tantos y tantos puntos.

Una jugada marcada a fuego en la memoria reciente del celtismo, que se imagina las galopadas de De Lucas llegando a línea de fondo, buscando con la vista a David Rodríguez, que sabe moverse y separarse de su marca en el momento justo en el que sabe que De Lucas le pasará el balón. Hay veces que incluso es al revés, con David llegando a línea de fondo, generalmente desde el perfil izquierdo,y De Lucas rematando entrando desde el centro. Es la jugada más característica del Celta, y la misma jugada con la que el año pasado el Celta se adelantó a la Unión Deportiva al cuarto de hora de partido.

En aquella ocasión, De Lucas cabalgó por la banda derecha y el centro de De Lucas fue rematado por un defensa amarillo al fondo de las mallas cuando David se relamía. Da igual, fue gol y el Celta manejó a su antojo el partido hasta que en la segunda mitad Joan Tomás sentenció a la contra. Esa jugada, o mejor diríamos, La jugada, le dio al Celta un porcentaje altísimo de los puntos obtenidos el año pasado.

Pero esta vez no entró. El pase de Quique, magristral, el desmarque de David, hábil e inteligente, pero su remate, lamentable. El balón impactó en el larguero cuando tenía todos los pronunciamientos para ser el 1-0. Un gol que abriría la lata, como se suele decir, y que dejaría al Celta en situación de poder matar el partido a la contra. Y no es que el Celta sea un experto en mantener marcador favorables, pero viendo la defensa de la UD daba la sensación de que habría muchas opciones a la contra. Fue el gol que pudo haber cambiado el partido. El gol que tantas veces habíamos visto en Balaídos y que esta vez no quiso entrar.