Eduardo Berizzo no olvida los cinco años que pasó en Vigo.El exfutbolista argentino está de visita en la ciudad hasta mañana y ayer se acercó a las instalaciones de A Madroa para saludar a excompañeros como Oubiña, al que conoció cuando éste daba sus primeros pasos en el primer equipo, o a Orellana, con el que coincidió en la selección chilena.Tras debutar como entrenador, le gustaría regresar a la ciudad para dirigir al Celta. "En un futuro me gustaría entrenar al Celta, aunque siempre se dice que no vuelvas al lugar en el que te quieran, para que conserven ese cariño", comenta Eduardo Toto Berizzo, quien mantiene el verbo fluido y brillante. El exdefensa argentino que defendió la zamarra celeste en la etapa dorada del club vigués se presentó ayer por sorpresa en A Madroa, a la hora que entrenaban los de Herrera, a la misma que lo hacía él con Víctor Fernández o Fernando Vázquez. Al echar un vistazo al campo, advierte el paso del tiempo: "De mi época, solo queda Oubiña", aquel chaval que debutaba en la Champions ante el Arsenal, una de las bonitas experiencias que vivió con un equipo inolvidable.
Tras dejar Vigo, Berizzo se fue a Cádiz, donde se retiró como futbolista. Años después reapareció como ayudante de Bielsa en la selección chilena. "Estoy iniciando una nueva etapa, que es la de entrenar. De hecho, ha sido una experiencia muy fuerte participar en el Mundial de Sudáfrica con Chile. Hemos sido rivales de España, sufriendo su fútbol pero terminándolo por disfrutar porque creo que atraviesa un momento excepcional, con una generación de futbolistas excepcionales".
Regresó el año pasado a Argentina, donde se estrenó como técnico. "Ahora estoy sin equipo. Tengo ganas de comenzar una nueva etapa como entrenador en diciembre, en Argentina, en Chile... De hecho, entrené en Argentina a Estudiantes".
De los que ayer entrenaban con Herrera, había otro futbolista que le resultaba familiar: "Conozco bien a Orellana, de la selección chilena. Ha sido una buena contratación, es un buen futbolista. Al Celta lo veo bien. Sufrimos el no ascender el año pasado pero creo que esa es la intención ahora: subir, haciendo fuerzas por que el equipo vuelva a Primera".
Y antes de abandonar A Madroa, el entrañable Toto deja un deseo, un agradecimiento, una muestra de añoranza viguesa: "Sí que en un futuro me gustaría entrenar en el Celta. Vigo representa para mí un sitio especial, he vivido años fantásticos, no solo a nivel deportivo, sino a nivel personal, familiar. Es un sitio al que siempre estaré agradecido de cómo me han tratado; y sí, ojalá pueda venir a trabajar aquí".
Fuente: Faro de Vigo
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