Falcón jugará en Segunda División, pero no será en el Celta. Esta noticia nos sorprendía esta tarde cuando el Hércules anunciaba de forma oficial el fichaje de Ismael Falcón para la portería. El gaditano quería jugar en Primera y por eso no respondió a la oferta del Celta, las puertas de Primera se fueron cerrando y a pesar de tener una propuesta del Mallorca, prefirió esperar, tal vez ilusionado con la posibilidad de volver al Atlético de Madrid.
El Celta, por su parte, le ofreció la renovación y el 30 de junio dio por terminado el plazo de espera y renovó a Sergio, portero del filial con lo que le cerraba la puerta a Falcón. ¿Por qué hemos llegado a esta situación? Por un lado, es evidente que el Celta no llegaba, ni de lejos, a lo que le pagará el Hércules a Falcón por hacer lo mismo, es decir jugar al fútbol. El fútbol profesional es así, los jugadores suelen jugar donde más les pagan.
Sorprende de todos modos, porque Falcón, a diferencia de Michu, era un jugador renovable. Parecía difícil por estar en Segunda, pero siempre se dijo que, incluso así, podría llegarse a un acuerdo porque el Celta quería a Falcón y Falcón quería jugar en el Celta. Al final, parece que ni uno ni otro. Pero realmente, ¿No pudo el Celta esperar un poco más a Falcón?, ¿No pudo Falcón, siendo capitán e ídolo de la afición, encontrar un entendimiento en el terreno económico con el Celta?.
Seguramente no tengamos nada que reprocharle, pero es evidente que Falcón nos deja un resquicio de duda con lo que ha hecho. No esperábamos que el gaditano jugase en otro equipo de Segunda que no fuese el Celta. En el fondo todo esto es muy decepcionante, tanto por parte del jugador como del club. Del jugador por no hacer ese esfuerzo y del club porque habla de ascenso, pero actúa como un equipo pequeñito pequeñito. Y tal vez sea lo más correcto, pero creo que la palabra ascenso tendrá que ser nombrada cuando hablemos de ilusiones, pero no cuando lo hagamos de objetivos.

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