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| Foto: Faro de Vigo |
Una de las grandes diferencias entre el Celta de Claudio Giráldez y cualquiera de los anteriores, es la capacidad que tiene para remontar partidos, bien sea ganando o empatando en los últimos minutos. Buena prueba de ello es que el equipo celeste es el sexto equipo de las cinco grandes ligas de Europa (Premier League, Liga, Serie A, Bundesliga y Ligue 1) que más goles marca a partir del minuto 80, según datos que publica el diario La República.
Esta clasificación está liderada por el Atlético de Madrid, que ha anotado 28 goles en los últimos 10 minutos de partido, alguno lo sufrió el Celta, como el de Julián Álvarez en Balaídos, que le dio la victoria a los atléticos, o el de Sorloth en el Calderón que le quitó 2 puntos a los celestes. Sin estos goles, el conjunto celeste tendría 3 puntos más en LaLiga.
Le sigue en la clasificación el Paris Saint-Germain, con 22 goles, el Bayern de Munich con 20, el Real Madrid con 19, y el Barcelona con 17. A partir de ahí hay una serie de equipos con 16 goles a partir del minuto 80, entre ellos el Celta, y otros como el Liverpool, el Manchester United, el Bournemouth y el Tottenham.
Un dato que da todavía más mérito al logro del Celta es que en esta estadística se cuentan todas las competiciones, y todos los equipos que están por delante del Celta participan en tres o cuatro competiciones, por lo que han disputado muchos más partidos. El Atlético, por ejemplo, suma ya 39 partidos oficiales esta temporada, mientras que el Celta ha disputado 29.
Para encontrar los motivos que llevan a esta mejoría del Celta con respecto a temporadas precedentes hay que tener en cuenta muchos factores. El físico puede ser uno de ellos, pero también el psicológico. Remontar un partido o anotar en los últimos minutos requiere físico, pero también un factor anímico importante, y por supuesto el apoyo táctico del entrenador desde el banquillo. También a diferencia de otras temporadas, Claudio Giráldez está sabiendo tener a casi toda la plantilla en dinámica, por lo que los cambios suelen ser de jugadores tan enchufados como los que están en el campo.
