El Celta ha logrado un triunfo de oro ante un rival directo como el Leganés, y lo hizo además a la heroica después de que el amigo Munuera Montero expulsase a Bradaric antes de la media hora de juego. Con uno menos el Celta supo resistir e incluso anotar un gol en el único disparo a puerta, obra como siempre de Iago Aspas. Con esta victoria, el equipo de Óscar García alcanza al Eibar, que tiene dos partidos menos, y distancia al equipo pepinero en 5 puntos.
La gran novedad en el once de Óscar García fue Denis Suárez. El de Salceda recibió un premio por sus minutos en el Bernabéu, ocupando la banda izquierda de inicio. El canterano fue el único cambio con respecto al equipo que empató en el Bernabéu, y que en aquella ocasión jugó con tres centrales, siendo Aidoo el sacrificado para que entrase Denis. También se produjo un cambio en el lateral derecho, regresando Hugo Mallo por la lesión de Kevin.
El partido comenzó muy igualado, aunque con pocas ocasiones. El Leganés, a pesar de partir con defensa de cinco, se mostró ambicioso, presionando al Celta, a quien le costó zafarse de la presión durante los primeros minutos. Pero poco a poco, los de Óscar se iban haciendo con el mando, hasta que llegó la jugada que marcó el partido.
En el minuto 21, Munuera Montero estimó que una entrada de Bradaric era merecedora de tarjeta roja. La acción puede considerarse expulsión, pero resulta curioso que el propio Munuera no estimase lo mismo hace una semana cuando Bale realizó una salvaje entrada sobre Rafinha sin opción de jugar el balón. En aquella ocasión, desde el VAR, ni se revisó la jugada.
La acción le sentó muy mal al Celta, que entró en una espiral de protestas que no parecía conducir a nada bueno. Además, el colegiado jienense seguía con su habitual doble rasero pitando faltitas al Celta y obviando las del Leganés. Denis Suárez se llevó una cartulina por sus protestas, y también Óscar García.
El equipo madrileño olía la sangre e intentó aprovechar la desesperación del Celta en los últimos minutos de la primera mitad, pero le faltó fútbol. El equipo vigués sufrió en ese tramo, pero logró sobrevivir hasta el descanso sin excesivas perturbaciones, aunque Rubén Blanco se vio obligado a realizar una buena intervención, y Hugo Mallo sobre la línea de gol evitó que el equipo pepinero se adelantase en el marcador.
La mejor noticia al descanso es que el marcador seguía igualado, y quedaban por delante 45 minutos para intentar sorprender al Leganés. El Celta empezó mejor en la segunda mitad, aunque le costaba encontrar huecos en la poblado y seria defensa visitante.
Al cuarto de hora se desestabilizó de nuevo el partido. Primero Munuera Montero expulsó a Óscar Rodríguez, pero el VAR le recomendó revisar la jugada, y tras dicha revisión cambió la roja inicial por una amarilla. Podía ser otro golpe psicológico para el Celta, pero en esa misma falta logró adelantarse en el marcador.
Olaza puso un centro corto y Iago Aspas sorprendió a toda la zaga para rematar al segundo palo del guardameta pepinero, que solo pudo observar con impotencia la trayectoria del balón viendo como se alojaba en la portería.
Quedaba media hora para aguantar un resultado de oro en la lucha por la permanencia. Óscar movió el banquillo, dando entrada a Aidoo para tener defensa de cinco, y poniendo a Fran Beltrán y Santi Mina para dar refresco a la medular y al ataque celeste.
El Leganés lo intentó, pero como en la primera parte le faltó fútbol. En los últimos minutos Rubén ni tan siquiera tuvo que intervenir, y el Celta fue conteniendo los infructuosos ataques del Leganés con cierta comodidad, aunque mucha tensión por lo ajustado del resultado. Con el pitido final de Munuera, Balaídos estalló de júbilo por una victoria, la segunda en tres partidos, que le da mucho aire al Celta.
