El éxito de la nueva grada de animación


Foto: Cristina Graña/Faro de Vigo
Hace más de un año el Celta decidió unificar a todas las peñas en una grada de animación, que llevó por nombre grada 1923, en honor al año de fundación del club. Antes de hacerlo se reunió con representantes de las mismas para elaborar las condiciones que tendría esa grada, pero a la hora de lanzarla no tuvo en cuenta las opiniones de los aficionados, imponiendo límites de edad y otras cuestiones que no gustaron nada a los peñistas. 

El resultado fue un absoluto fracaso, como era de esperar. Gran parte de los aficionados, en especial la peña Tropas de Breogán, abandonó su ubicación en Río Bajo para situarse en la grada de Gol. El club aprendió de sus errores, y este año decidió escuchar a sus aficionados con una propuesta que ha resultado muy exitosa, como se pudo comprobar en el partido ante el Atlético de Madrid. 

Las localidades se han agotado y los aficionados están encantados con una grada que ahora sí anima y está aunada en torno a un mismo objetivo. El año pasado fuimos muy críticos con la actuación del club, y este año toca aplaudir la gestión del Celta con la grada de animación, que da colorido y anima al resto del estadio. Cuando se hacen las cosas bien, escuchando a los aficionados, los resultados suelen ser positivos. Es sencillo. 

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